Juan Vázquez Montalvo explica que la Península de Yucatán no tuvo tanto ciclones como se esperaba debido a un viento seco que venía del Atlántico subtropical, aunque los fenómenos que se formaron causaron pérdidas y destrucción
A unas cuantas semanas de terminar la temporada de huracanes de este 2022, los sistemas internacionales y nacionales meteorológicos lo han calificado como el de menos actividad en los últimos 20 años.
El pasado jueves 4 de agosto, la Universidad Estatal de Colorado para la cuenca del Atlántico, Golfo de México y Mar Caribe dio un informe sobre su último pronóstico de la temporada de ciclones tropicales 2022. El doctor Philip Klotzbach, responsable del proyecto de Meteorología Tropical del Departamento de Ciencia Atmosféricas de la institución estadounidense y su equipo de expertos, señalaron a este período, a casi un mes de finalizar, el menos activo; así como también por debajo del promedio, en comparación al de 2020 y 2021.
Esta temporada dio inicio oficialmente el 15 de mayo en el Océano Pacífico, mientras que el 1 de junio comenzó en el Océano Atlántico, un poco tarde para la temporada, pero que sin embargo fue donde se registró mayor actividad ciclónica durante esta temporada.
NO SE CUMPLIERON LOS PRONÓSTICOS
Para hablar más a profundidad del tema, el ingeniero y meteorólogo, Juan Vázquez Montalvo, del Comité Institucional para la Atención de los Fenómenos Meteorológicos Extremos de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), explicó que para esta temporada se tienen pronosticados 19 fenómenos, de los cuales hasta el inicio del mes de noviembre, solo se han presentado trece ciclones tropicales con nombre. Anotó que el promedio anual de ciclones a formarse es de 14, por lo que se espera que sí se logre este promedio al estar el mes de noviembre tan activo como ha demostrado, pues adelantó que hay una posible formación de un fenómeno en las Bahamas.
De los sistemas pronosticados se esperaba que de seis a 10 se convirtierán en huracanes de categoría 1 y 2 en la escala Saffir-Simpson, y de tres a cinco fueran intensos o mayores, de categorías 3, 4 y 5 en la misma gradación.
De los formados llevamos cinco huracanes moderados: “Danielle” en categoría 1 en el mes de septiembre, seguido de “Earl” en categoría 2 en el mismo mes, el huracán “Julia” de categoría uno en el mes de octubre, y “Lisa”y “Martín” en noviembre en la misma categoría.
“Muchos me han preguntado ¿qué pasó, por qué no se cumplió el pronóstico tan agresivo que mostraron todos los modelos y por consiguiente todas las agencias meteorológicas, quienes dijeron que iba a haber una gran actividad de ciclones? El gran causante de que no sucediera esto fue el viento seco que venía del atlántico subtropical. En este lugar, las aguas estaban más calientes de lo normal y eso hizo que el sistema anticiclónico que estaba ya prácticamente en esa zona tirara aire de mayor temperatura, pero secó al atlántico tropical y todo lo que se formaba era desbaratado por este viento”, anotó el experto.
Indicó que fue este efecto que estuvo salvando al Atlántico de la formación de un número mayores de sistemas; sin embargo, en este momento este viento de aire seco ya no se encuentra en el Atlántico, lo que explica la formación repentina de sistemas en la temporada.
“Esta es la razón por la que Lisa vino directamente en dirección noreste franco y que se sigue manteniendo en Golfo de México, hacia Belice, y nunca cambió su dirección oeste”, agregó.
El meteorólogo de igual manera recordó que durante esta temporada llevamos seis tormentas tropicales; “Alex” en junio, “Bonnie” y “Colin” en julio, “Gastón” y “Hermine” en septiembre y “Karl” en octubre. De los huracanes intensos expresó que a pesar de que solo han sido dos en esta temporada, “Fiona” e “Ian” de los cinco pronosticados, se puede considerar que fue una mala temporada, pues estos fenómenos causaron pérdidas humanas y destrucción a su paso.
“Hasta ahorita ha sido una malísima temporada para el Atlántico porque se formaron dos huracanes intensos en él, como “Fiona” e “Ian”, que provocaron mucha muerte y destrucción a su paso.
Cabe recordar que “Fiona” provocó lluvias apocalípticas no antes vistas en la isla de Puerto Rico, quienes se habían apenas recuperado de “Irma”, y este 2022 “Fiona” pasó y destruyó la isla con inundaciones apocalípticas deslavando todo lo que tenían en infraestructura, antes de salir al Océano Atlántico. “Ian”, por otra parte, afectó a la parte oeste y centro de la Florida, hubo muchas inundaciones marejadas, vientos, destrucción y muerte. Han sido los dos únicos huracanes intensos de la temporada.
Vázquez Montalvo señaló que, aunque no ha dejado muertos, “Lisa” provocó de igual manera la desaparición de personas en Belice, así como una fuerte cantidad en pérdidas materiales de los ciudadanos que ahí habitan.
De igual manera recordó que ocurrió otra situación muy rara en esta temporada, pues dos tormentas tropicales y un huracán categoría 1 pasaron del Océano Atlántico al Océano Pacífico y conservaron su nombre; pasaron en la parte sur de Nicaragua, una de ellas fue “Bonny”: “es raro que suceda esto, pero fue por un acuerdo que hubo en 2022 y también lo hizo el huracán “Julia”.
YUCATECOS, CON SUERTE
La Península de Yucatán hasta el momento puede considerarse que sigue de suerte, pues no ha tenido un huracán intenso desde Isidoro, lo que se puede considerar como suerte ya que no tiene explicación científica, pues a diferencia de Puerto Rico que en menos de cinco años volvió a ser afectado por un gran huracán, así como Belice, aquí llevamos 20 años sin ningún fenómeno catastrófico.
“Me han preguntado cuándo podría darse un nuevo evento para Yucatán, y realmente lo único que puedo decir es que no hay nada escrito. Podrían pasar otros 20 años sin que nos viéramos afectados por un sistema tropical devastador”, aseguró.
Por último, recordó que el que no se cumplan los pronósticos de ciclónicos es síntoma de que algo está pasando en la atmósfera, pues se presentaron otros efectos como sequía en Europa o muchas lluvias en África central y norte.
“Definitivamente este no es un comportamiento normal, como no lo es ahora que el Atlántico esté activo y el Caribe aún no haya registrado actividad, lo que representa un desequilibrio ambiental en cierta manera”, finalizó el meteorólogo.
Texto y fotos: Andrea Segura