Un caso de violencia escolar en Iztapalapa, Ciudad de México, ha conmocionado al país. Fátima Zavala, una estudiante de 13 años, fue arrojada desde el tercer piso de su escuela presuntamente por su afición al K-pop. La agresión le causó fractura de pelvis y requirió cinco transfusiones de sangre.
Según su padre, Fátima había denunciado acoso por parte de tres compañeros, pero las autoridades escolares no actuaron. El caso ha generado indignación nacional e internacional, llegando incluso a la embajada de Corea del Sur, que condenó los hechos.
El K-pop, un fenómeno cultural global, ha sido motivo de burlas y discriminación en algunos entornos escolares. La historia de Fátima expone cómo los prejuicios pueden desencadenar violencia extrema. Su familia exige justicia mientras la joven lucha por recuperarse.
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