Violencia familiar, alarmante

· Llaman al Colegio de Psicólogos a involucrarse más en problemas que lastiman a la sociedad, como el suicidio

· Las universidades forman psicólogos despolitizados y descontextualizados de la realidad que vivimos, afirma la Dra. Rocío Quintal López

La Dra. Rocío Quintal López hizo un llamado a los integrantes del Colegio de Psicólogos de Yucatán a salir de su “zona de confort” y atender temas de salud mental que hoy laceran a la sociedad yucateca. 

Durante un desayuno que el sábado  se ofreció con motivo del Día del Psicólogo, la presidenta de la agrupación, Patricia Gili, reconoció el compromiso de quienes desde esta trinchera aportaron su tiempo para apoyar a la población durante la pandemia a través de la línea de atención especializada en la que se registraron hasta 500 llamadas diarias para atender casos de depresión y ansiedad entre otras afecciones de salud mental.

En este marco, Quintal López, investigadora del Centro de Investigación “Hideyo Noguchi” de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), ofreció una conferencia denominada “El Papel de la Psicología en Tiempos de Crisis, Renovarse o Morir”.

Se trata de una radiografía de la realidad que acontece en la entidad y que refleja la desatención del tema de la salud mental, lo que se traduce en el creciente  número de suicidios, que, de acuerdo a la tendencia, este año superarán los 300 que se registraron en 2021, cuando el promedio entre 1994 y 2020 era de 215.

Y en este apartado, Quintal López, quien es psicóloga de carrera, destacó la existencia de suicidios que fueron motivados por situaciones de violencia, como ocurrió con la mujer que hace unos meses se lanzó desde una torre de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). 

“Si aplicaran los protocolos con perspectiva de género debería ser considerado como un suicidio feminicida”, dijo la ponente, quien subrayó que la violencia en el hogar está desatada. 

“Entre marzo de 2018 a septiembre de 2021, por esta razón se realizaron 63 mil 919 llamadas al 911, lo que equivale a 50.8 por día”, detalló la conferencista, quien también habló del grave aumento de adicciones en jóvenes del interior del estado, que está asociado a la migración.

Se van a trabajar al extranjero sin adiciones y regresan con ellas, lo que genera problemas de venta y consumo de sustancias ilícitas en sus comunidades y con ello, situaciones de violencia que antes eran prácticamente desconocidas”, explicó.

Mención especial mereció el tema de los feminicidios que se registran en la entidad que en 14 años, de 2008 a 2022, suman 83 de los cuales solo en 20 casos se han obtenido sentencias condenatorias, a pesar de que en 2014 el feminicidio, se calificó en la entidad como delito grave, con penas de entre 40 a 60 años de prisión.

“Entre 2008 y 2021 se hicieron 8 mil 553 denuncias por violencia sexual. El abuso sexual es un problema grave que se va normalizado y que no está suficientemente atendido”, dijo la también integrante del Frente por los Derechos de las Mujeres en Yucatán, quien recalcó que a todo esto se suma la violencia institucional que se relaciona con el importante rezago de expedientes que en la Fiscalía duermen el sueño de los justos, y que tras cuatro o cinco años, las mujeres terminan desistiendo.

“Tenemos un Centro de Justicia para las mujeres que tendría que ser un centro de atención integral y que, lamentablemente, no cuenta con (servicio de) rayos X, ni médico que pueda brindar atención de primera mano; solo hay un botiquín, tampoco hay atención psicológica de crisis. La atención es muy tardada, y alguien que llega a las 8 de la noche y se va hasta las cinco de la mañana, de esta manera, se revictimiza a las mujeres que llegan violentadas, y parte de esta violencia institucional la tenemos también en jueces y magistrados y personal de diversas instancias y niveles, que no tienen perspectiva de género ni de derechos humanos”, explicó.

En este sentido, celebró que se estén denunciando los casos de acoso y hostigamiento sexual en universidades públicas y privadas, y recalcó que el reto debe ser evidenciar, sancionar y erradicar los casos.

Más adelante, hizo énfasis en el número de embarazos en adolescentes de 12 a 17 años, que, con 2,031 casos en 2020, ubicó a la entidad en el primer lugar a nivel Peninsular. “Se trata de un grave problema que afecta principalmente en el interior del estado, donde las jóvenes se embarazan de manera subsecuente y abandonan la escuela para atender a su primer o segundo hijo, esto en un contexto donde la violencia está asociada a la pobreza, marginación y falta de oportunidades”, manifestó.

Y en medio de este panorama en el que se necesitan redoblar esfuerzos para atender estos temas, recordó que en 2018 se creó la Ley de Salud Mental del Estado de Yucatán, así como el Instituto y Consejo de Salud Mental, y “a cuatro años de distancia, aún no se ha rendido informe de actividades alguno, lo que nos habla de una desatención en el tema”, subrayó la Dra. Quintal, quien cuestionó qué es lo que ante esta realidad hace el Colegio de Psicólogos.

“¿Es ético guardar silencio?, ¿estamos mostrando capacidad de respuesta como gremio ante estas situaciones que lastiman a la sociedad yucateca?, reconozco el aporte que están realizando los psicólogos, pero podemos tener un papel más activo tanto en prevención, atención, sanción y erradicación, además de llevar a cabo acciones para posicionar estos temas en la agenda pública mediante editoriales, campañas en redes sociales, conferencias y talleres. Estoy convencida de que, como colegio, debemos impulsar políticas públicas y hacer propuestas”, dijo.

La Dra. Quintal recordó que en el tema de los feminicidios esta semana hubo dos sin que el Colegio hiciera algún pronunciamiento.

“El origen del problema está en los planes curriculares de estudios de las universidades que están formando psicólogos despolitizados y descontextualizados de la realidad que vivimos. No se incluyen materias como problemas sociales de México, salud mental y políticas públicas, y pensamiento crítico que deberían ser parte de la formación de los psicólogos, no existe una visión que vincule la manifestación de trastornos de salud mental que estamos atendiendo todos los días con problemas estructurales como la pobreza, la desigualdad, la inequidad y la violencia de género”, subrayó la activista, quien para finalizar dijo que todo colegio, se trate de psicólogos, médicos, enfermeros o de cualquier otra profesión, debe mandar un mensaje a la sociedad de cero tolerancia a la violencia, la desigualdad, la injusticia y la corrupción.

Texto y fotos: Manuel Pool