Vivienda vertical no es la solución

La Mérida del futuro debe ofrecer igualdad de oportunidades en cuanto a espacios públicos, áreas verdes, transporte movilidad, educación, comercio y  equipamiento, una ciudad más justa, destacan

En el marco del inicio de las actividades por el aniversario número 50 de la Facultad  de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), su director David Reynaldo Alcocer González afirmó que el crecimiento de la ciudad es uno de los grandes retos que se afronta, y que, aunque se ha planteado a la edificación vertical como una solución, hay ejemplos de ciudades que han crecido de esta manera, pero que tienen un problema tremendo en cuanto a la calidad de vida de sus habitantes.

“Posiblemente, lo que necesita la ciudad en lo general no es que la parte urbana o arquitectónica sea el detonante para resolver el problema, sino el sentido de comunidad que sus habitantes puedan tener para cooperar y lograr que sea la ciudad mucho más amigable”, señaló el entrevistado, quien consideró que la Mérida del futuro debe ofrecer igualdad de oportunidades en cuanto a espacios públicos, áreas verdes, transporte movilidad, educación, comercio y  equipamiento. En general me gustaría verla como una ciudad más justa”, subrayó.

En este sentido explicó que, cuando la ciudad crece, se provoca una infinidad de problemas que van desde la movilidad que tienen que ver con la disponibilidad de suelo, ya que aumenta el precio y la accesibilidad, por lo que a la necesidad de vivienda se antepone el alto costo para poder adquirirla, lo que es un problema de arquitectura que en un momento dado se tiene que resolver.

“Otro de los retos que se enfrenta es crear una arquitectura que nos permita ser más amigable con el entorno, considerando las condiciones de la ciudad, es un enorme reto, el crecimiento la coloca en una posición muy difícil a veces de resolver”, indicó.

Por ello consideró que la sustentabilidad actualmente tiene una gran relevancia para la arquitectura a nivel mundial, y que la educación va más allá de las aulas, pues en la actualidad el aprendizaje se da principalmente por el internet y los estudiantes son sensibles a temas de ecología y el impacto que tienen para la conservación del planeta.

En la ceremonia oficial, que encabezó la secretaria general de la Uady, Celia Rosado Avilés, el arquitecto Hernán Gómez Amaro,  ex director y miembro de la primera generación de egresados y maestro activo, comentó que el nivel de maestros e investigadores desarrollados en la facultad deben aprovecharse para retroalimentar y, en su caso, incidir en leyes, reglamentos, planes programas municipales, estatales y federales, pues muchos datan de los años 80.

“Hoy se utilizan para regular o para ser omiso ante el acelerado proceso crecimiento urbano, en la no recomendable dispersión irregular de asentamientos en la ciudad”, subrayó.

Antes, rememoró que el 17 de septiembre de 1973 se presentaron en las instalaciones del Club Rotario en Itzimná siete alumnos emocionados y gratamente motivados y convencidos de crear una escuela de arquitectura en la entonces Universidad de Yucatán.

“En enero del 76 la escuela trabajaba para exponer que era urgente peatonalizar las calles alrededor de la plaza principal, pero en ese momento se consideró no recomendable la propuesta, por los problemas que se ocasiona al comercio, el tránsito, a la movilidad, la seguridad ciudadana y más”, recordó Gómez Amaro, quien destacó que en la actualidad, en Mérida se privilegia la peatonalización de su centro histórico y otras áreas de la ciudad.

Otro momento importante en la vida de la Facultad de Arquitectura llegó en 1979, cuando se impulsaron proyectos de conservación del patrimonio edificado histórico en Mérida, que se centraron en el espacio que ocupó El Olimpo, así como el Louvre, la Sorbetería Colón y el Cine Novedades (hoy Pasaje Picheta).

“Actualmente, se impulsan relevantes proyectos de regeneración urbana que incluyen propuestas para la restauración uso y aprovechamiento del patrimonio edificado, entre lo que podemos citar el corredor de la 47, Parque de La Plancha y el Palacio de la Música, entre otros”, apuntó.

Cabe señalar que a partir del aniversario 32 surgió la Licenciatura en Diseño del Hábitat, y al año siguiente, cuando se celebró el aniversario 33, nació Artes visuales, por lo que en la actualidad, en el ex Convento de la Mejorada funciona el Campus de Arquitectura, Hábitat, Arte y Diseño (Cahad), que ofrece tres programas de licenciatura, tres maestrías y un doctorado. La comunidad se integra con 1400 estudiantes en general y 130 profesores, todos dedicados al estudio del diseño y las artes y 43 personas dedicadas a la administración.

Posteriormente, el alumno fundador y egresado de la facultad, Roberto Ancona Riestra, durante la conferencia “La fundación de la mejor escuela de arquitectura del país. Origen, crisis y legitimación”, hizo un recuento de los años 1972 a 1979, cuando un grupo de jóvenes decidió formar la Escuela de Arquitectura, cuya creación fue esencial, toda vez que su lucha rindió frutos: ser incorporada a la Universidad de Yucatán (ahora Uady).

“Recorrer este trayecto vertiginoso, lleno de asombros, así como de también tremendas caídas, sin embargo, la fuerza de la juventud combinada con la experiencia de los maestros y padres de familia nos permitió encontrar un asidero para dar un giro de 180 grados y conseguir la meta propuesta”, recalcó.

El también arquitecto destacó que el hecho de ser fundadores, compartir estas experiencias y enseñanzas con las nuevas generaciones, es una invitación para “ponerlas en práctica para construir un mejor presente y futuro para nuestra facultad”.

Finalmente, dijo que la atención a los  grandes problemas urbano-arquitectónicos utilizando estrategias, pueden catapultar a la Facultad de Arquitectura a mejores campos de trabajo y realización.

“Esta debe ser la pauta para definir de manera colectiva los rumbos pertinentes de la profesión en la actualidad”, concluyó.

Texto y fotos: Manuel Pool