El proceso de transformación de la sociedad mexicana establece una serie de condiciones que van de manera paulatina. Según especialistas de la ONU-Mujeres, en México la igualdad o paridad social entre hombres y mujeres podrá alcanzarse hasta el año 2080.
Es claro, según reportan las autoridades federales en el Plan Nacional de Desarrollo que la desventaja de las mujeres es en casi todos los ámbitos de la sociedad y afirman: “Es inconcebible aspirar a llevar a México hacia su máximo potencial cuando más de la mitad de su población se enfrenta a brechas de género en todos los ámbitos. Éste es el primer Plan Nacional de Desarrollo que incorpora una perspectiva de género como principio esencial. “Es decir, que contempla la necesidad de realizar acciones especiales orientadas a garantizar los derechos de las mujeres y evitar que las diferencias de género sean causa de desigualdad, exclusión o discriminación.” De esta manera, el gobierno ha establecido una serie de acciones en políticas públicas para redistribuir las condiciones de jerarquización del marco legal, en atención a equilibrar las tareas que puedan ir subsanando este lacerante problema.
Según la OCDE, en su reporte 2016, “estudio para construir un México inclusivo: políticas y buena gobernanza para la igualdad de género”, las mujeres son el recurso más subestimado de México. Aún y cuando ahora sus logros en educación se equiparan a los conseguidos por los hombres, sólo 47 por ciento de las mexicanas en edad productiva participan en la fuerza de trabajo. Casi 60 por ciento de las que trabajan tienen empleos informales, con poca protección social y baja paga. En México, añade el reporte, la tasa de embarazo adolescente sigue siendo alta y la cifra de mujeres jóvenes sin empleo, ni educación ni capacitación cuadruplica la de los hombres. En todos los grupos de edad, las madres mexicanas tienen menor probabilidad de ser empleadas que las madres en casi todos los países de la OCDE. Se establece que son muchos los factores que contribuyen a estos resultados en el caso de las mexicanas.
– José Cortazar
