A través del esfuerzo que día a día realiza para mantener el Santuario Evolución Animal, la arquitecta se ha ganado con los años la credibilidad de la ciudadanía
Al recordar a sus primeras mascotas, a la arquitecta Silvia Cortés se le quiebra la voz y se le nublan los ojos de llanto. Fue a través de esos tres perritos como se dio cuenta de que, sin pensarlo, estaba incurriendo en situaciones que en la actualidad, como defensora del respeto a la vida animal, combate.
El tenerlos con una cadena, el mutilarle las orejas por estética y el mismo hecho de haberlos comprado, es algo de lo que siempre estará arrepentida, pero ese fue el origen de una trayectoria de ya 24 años luchando por concientizar a la ciudadanía en el tema de la tenencia responsable de las mascotas, y ahora pidiendo a las autoridades que hagan valer la ley, y sancionen a quienes incurran en el maltrato animal, que advierte, esta relacionado directamente con los casos de violencia intrafamiliar.
¿Cómo cambió su percepción acerca del trato que deben recibir los animales?
-Fue a partir de la convivencia cotidiana con mis primeros perritos y de la información que vi acerca de animales que eran usados en experimentos que decidí participar en una agrupación y luego en otra, y después de que salí de la última por no concordar con los procedimientos, comencé el proyecto del Santuario, de esto ya van a ser a 17 años.
Antes del Santuario ¿cómo era su actividad a favor de los animales?
Anteriormente, sin ayuda de nadie, con mis propios recursos llegue a tener en mi casa 75 perros y para evitar molestias a los vecinos, le pedí a mi familia que me permitiera usar este terreno que era una finca y que hoy es el hogar de 350 perros y 280 gatos.
¿Cómo se obtienen los recursos para mantener el santuario?
Lo más complicado de esta labor es recaudar recursos para que funcione el santuario, para ello hacemos todo lo que sea factible de hacer como rifas y demás actividades y eventos, también tenemos un programa en el que es posible apadrinar perritos mediante un donativo y afortunadamente también tenemos la colaboración de dos personas que se dan a la tarea de recaudar donativos del extranjero.
¿Cuál es la satisfacción más grande que ha recibido en esta labor?
Servir, saber que lo que estaba en tus manos hacer no se quedó en el aire y se hizo y que haya significado un cambio en la vida de alguien más es lo mejor con lo que uno se puede acostar a dormir.
¿Y lo malo?
Las dificultades no acaban, y es un reto lograr subsistir día a día, pero también nos enfrentamos al hecho de que después de asesorar a quien desea hacer una denuncia animal, lo que sigue es competencia de las autoridades y es frustrante que no se esté haciendo. Además de que están detenidas las campañas de esterilización.
¿Qué considera se puede hacer para contribuir a no hacer más grande el problema?
El maltrato animal al igual que otros problemas sociales como las adicciones, la violencia intrafamiliar y la trata de personas, tienen su origen en una misma raíz, la falta de respeto y valor hacia la vida.
El problema inicia cuando consideramos como objeto de propiedad la vida de un animal y lo llevamos a casa sin pensar que siente y que tiene necesidades diferentes a los seres humanos, entonces, hay que reflexionar acerca si podemos cumplir con el compromiso que vamos a asumir a largo plazo, pues con los adelantos de la medicina un perro o un gato puede vivir más de 15 años, y a lo largo de ese tiempo necesitará atención hasta para cuestiones básicas como servirles el agua y la comida.
¿Qué avances percibe en relación a cultura de la tenencia responsable de los animales?
En la actualidad hay muchos avances en la materia, se ha luchado para tener leyes contra el maltrato animal, hay más cultura de adopción, muchos rescatistas y más gente solicitando campañas de esterilización a bajo costo o gratuitas. Con toda la información disponible en las redes sociales no hay disculpa, no es un pretexto para hacer sufrir a un animalito, el problema hay que atenderlo desde casa, haciendo conciencia para esterilizar a nuestros animales de compañía y si queremos otro adoptarlo, no comprarlo.
¿Qué riesgo existe en torno a la comercialización de animales?
En esto tiene que ver mucho la idea de que la vida tiene precio y se puede comercializar, lo que es practicado y visto de manera normal en el caso de la venta de animales, y que puede convertirse en un problema mayor como lo es la trata de niños, mujeres y hasta hombres que son explotados y comercializados.
¿Existe la posibilidad de que alguien que comete un maltrato animal pueda incurrir en alguna otra situación de riesgo?
No hay un hilo que separe la agresión a un animal o a una persona, en todos los casos sin excepción en los que se acudió a atender un caso de maltrato animal, también se identificaron casos de violencia intrafamiliar, y hasta acompañamos a las señoras afectadas a interponer su denuncia a la fiscalía.
Texto y foto: Manuel Pool