Como cada año, los primeros días de diciembre fueron un alboroto en los límites entre Zapopan y Guadalajara. La feria de libro más importante de habla hispana celebró su trigésimo aniversario entre encuentros literarios, promociones editoriales y, como en todo festejo, un variado mapa de claroscuros. Acá un relato a manera
de lista:
1 A pesar de que la invitada de honor fue América Latina, el autor más laureado fue el estadounidense George RR Martin, escritor de la saga que dio vida a la serie televisiva Game of Thrones.
2 El éxito de Martin fue tal que tuvo que presentarse en el foro externo de la Expo Guadalajara. Pues el salón Juan Rulfo, el principal de la feria, no hubiera sido suficiente para recibir a los más de 2 mil fans que reunió.
3 El segundo en elogios fue el Nobel peruano, Mario Vargas Llosa, quien recibió diversos homenajes por sus 80 años de vida.
4 Aun con el protocolo político tan característico de las autoridades culturales de nuestro país y la coincidente muerte de Fidel Castro con su peso histórico en Latinoamérica, la ponencia de Vargas Llosa se centró en la literatura: habló de las lecturas que lo han marcado en su vida y hasta recomendó una lista de libros conseguibles en la feria.
5 Este año asistieron 813 mil personas. Casi 25 mil más que el año pasado.
6 A pesar de la crisis del libro impreso, se presentaron 2,042 editoriales de 47 diferentes países.
7 El evento fue tan grande, que la feria organizó 751 presentaciones de libros, 171 foros literarios y 33 foros académicos.
8 La logística es tan compleja que los organizadores no se dan oportunidad de priorizar. La mayoría de los eventos son programados con constringentes límites de tiempo (cosa poco benéfica para la discusión literaria) y con mecánica distribución. Uno de los casos más ejemplares fue la reunión a propósito de la entrega del Premio Formentor a Roberto Calasso, a quien acompañó Alberto Manguel y Basilio Baltasar, en donde el protocolo no permitió que el escritor hablara más de cinco minutos. El evento concluyó abruptamente para dar paso a la charla de Conacyt sobre cómo la ciencia también es literatura.
9 Al parecer, el sexismo y las letras siguen siendo grandes cómplices. El ejemplo máximo fue que de las 20 personas que inauguraron la feria, solo 3 eran mujeres. Entre ellas la directora, Marisol Schulz.
10 Datos similares en cuanto al Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances: de los 26 que se han entregado, solo 3 mujeres han sido galardonadas: Margo Glantz, Olga Orozco y Nélida Piñón. 11 El Premio de 2016 fue para el rumano Norman Manea.
12 Curiosamente, el asunto del cintillo del libro de Elena Garro editado por Drácena sucedió mientras ocurría la FIL. Cuando fui al stand de la editorial que distribuye Los recuerdos del porvenir, me dijeron que solo habían llevado tres copias y que ya se habían vendido. De algo sirvió el escándalo.
13 Se organizaron tres eventos a propósito de los cien años del nacimiento de Garro: uno intitulado así “Centenario de Elena Garro” y dos presentaciones de antologías. Solo el primero fue en los foros principales.
14 Paradójicamente, América Latina fue un personaje más bien
secundario.
15 No hubo, en el plano visual, ninguna referencia a esos símbolos que conforman la idea de América Latina: ningún mapa, ningún elogio a las lenguas romances, nada de autores emblemáticos, ni siquiera banderas o fotografías de
paisajes.
16 El pabellón, a pesar de ser patrocinado por más de diez países, no logró emocionar: una explanada blanca con lámparas en forma de cubos que trataban de emular un caleidoscopio.
17 Se organizaron algunos foros para discutir el concepto y las narrativas latinoamericanas, sin embargo el exceso de eventos no permitió protagonismo.
18 Aunque no se sintió un homenaje más concreto a Latinoamérica, valió la pena que otra vez fuera la literatura la que impulsara la reflexión. Las letras fueron el pretexto para discutir sobre política, economía o arte latinoamericanos.
19 Como en una especie de contraste histórico a lo “latinoamericano”, la invitada del próximo año será Madrid.
20 Uno de los homenajes más entrañables fue el que se le hizo a Miguel León Portilla, quien exaltó a Jalisco y recordó las raíces lectoras de lo mexicano.
21 La diferencia entre la feria que sucede en los salones y la que sucede en los pasillos sigue siendo abismal: podría asegurar que la mayoría de los que van a pasear entre las torres de libros no se enteran que a unos metros se llevan a cabo una serie de eventos llenos de autores y temas de discusión.
22 La feria es un encuentro cultural, pero también, y cada vez más, un mercado de libros previo a las fiestas decembrinas. No es de sorprender que en la página oficial, la segunda pestaña del menú sea “Negocios”, antes incluso de “Quiénes somos”.
23 El poderío cultural de la Universidad de Guadalajara en la ciudad (y del emporio padillista) tiene su origen en la FIL. Y el éxito de cada año vuelve a confirmar que la “cultura” es un gran negocio.
24 Los cada vez más aglutinados grupos editoriales hacen del artificio su principal estrategia y, como cada año, a pesar de la infinitud de opciones, la oferta sigue concentrada en: Paulo Coelho, las veinte mil ediciones de Harry Potter, libros religiosos o de chistes, narcolibros y autoayuda.
25 Una de los stands más concurridos y que contrasta por su simplicidad es el de Zorro Rojo; donde dos tablones con manteles negros funcionan como el mejor escaparate para mostrar sus libros abiertos: la mejor estrategia de venta.
26 Los proyectos ecológicos comienzan a ser más relevantes. En esta ocasión FIL Impact0 trató de reducir los residuos sólidos de los expositores y reciclar el papel de los programas y planos.
27 Desde aquel penoso incidente en 2011, Peña Nieto no se aparece en la feria. Para esta edición en su representación mandó a José Narro, secretario de salud.
28 Un joven hizo un acto simbólico de sobrada valentía. Mientras le pedía la firma a Margarita Zavala, sacó una pancarta que decía: “Su esposo le arrebató la vida a mi padre. ¿Usted quiere arrebatármela a mí?”
29 Muchas veces, el libro es un pretexto y los parámetros de lo cultural son demasiado amplios: a la vez que puedes cruzarte en los pasillos con Milena Busquets (escritora e hija de la editora Esther Tusquets) o Andrew Wylie (considerado el mayor agente literario de mundo), escuchas los gritos que provocan Raquel Bigorra y Yordi
Rosado.
30 La FIL es un espacio para que todo suceda. Literalmente: este año hubo una boda.