Roberto Dorantes
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Dar gracias siempre y en todo lugar, es justo y necesario. El agradecimiento por todo lo bueno que recibimos cada día nos hace mejores personas.
Del latín gratia, palabra que define el diccionario como un favor, un don, o una concesión que se concreta sin ningún merecimiento en particular, según la teología la gracia es divina o santificante es decir un favor o don gratuito concedidos por Dios para ayudar al hombre a cumplir los mandamientos, salvarse o ser santo; algunos teólogos nos dicen que se puede entender el acto de amor unilateral e inmerecido por el que Dios llama continuamente las almas hacia sí.
Justo y necesario es ser agradecidos.
Dar gracias siempre y en todo lugar, es una cuestión de educación, de virtud, que sale del fondo de nuestra alma por aquello que hemos recibido sin merecerlo. Dar gracias es una acción que fomenta la humildad, pues no todos sabemos dar gracias, como el caso de los diez leprosos que curó Jesucristo, solo uno regresó ante él a dar gracias, alabando al Señor por sus obras maravillosas y el don recibido de la salud.
Es tan difícil ser agradecidos si desde niño te enseñan que mereces todo, el egoísmo es terrible, una sociedad que promueve derechos sin dar a cambio nada, ni las obligaciones que debemos cumplir.
Vicios como la soberbia, ambición, la dureza de corazón hace que no seamos agradecidos por lo recibido, nos pone una venda en los ojos para no apreciar la existencia, cada día que vivimos es un motivo para ser agradecidos.
Estamos vivos, podemos amar, perdonar, comer, bailar, cantar, convivir con los demás; contrario del egoísta que se la pasa quejando por lo que tiene o no tiene, porque hay demasiado calor en el lugar donde vive, porque no le gusta la comida que come, por la ropa o por el carro que no tiene; ojo con estas actitudes, pues todo esto son necesidades que el consumismo y el materialismo ha creado en la mente del hombre, como el canto de las sirenas de lo que nos ofrece el mundo vil y engañador.
Tengo tantos motivos para dar gracias, estoy vivo, por el nuevo día que me da la oportunidad de ser mejor, por la familia, los amigos, por los alimento, por poder ayudar al prójimo, por la salud, por el tiempo, por los lectores que me leen, por sus comentarios sean positivos o negativos, pero sobre todo doy gracias a Dios por todo.
De los atributos divinos del cual estoy agradecido es la infinita misericordia y justicia de Dios, porque nos cuida, está presente en nuestras vidas, a pesar de nuestras ofensas nos da la oportunidad de la enmienda.
Estas cualidades de Dios lleva a poner de nuestra parte, practicar el agradecimiento nos hace ser misericordioso con nuestro prójimo, esto implica amar, abrazar, escuchar, perdonar, servir, sanar, visitar, mirar, soportar, ser compasivos…