México que no conoce su historia está condenado a repetirla

La historia es cíclica, afirman algunos historiadores, y con esto nos quieren decir que los sucesos que vive la humanidad están destinados a que se repitan a través de períodos. Esta teoría parece cobrar certidumbre en México.

Las noticias de hoy día por el alza de la gasolina han desatado caos en varias partes del país, el descontento del pueblo es evidente, se han saqueado comercios, gasolineras, se convoca a una marcha nacional este sábado 7 de enero a través de las redes sociales, el Presidente Peña Nieto dirige un mensaje pidiendo comprensión al pueblo por el aumento de la gasolina, y en vez de calmar los ánimos genera un efecto contrario, ¿hacia dónde nos lleva todo este tipo de eventos actuales?

Muchos dicen que el pueblo mexicano ya está cansado de la corrupción de sus políticos y autoridades, pero esta situación no es nueva en nuestro país, porque precisamente a principios del siglo pasado nos encontramos una situación similar, en la década de 1910 a 1920 nuestra nación convulsionó con una revolución, hecho histórico que nos llevó al México moderno.

Las causas directas de la revolución de 1910 surgen en el porfiriato. Éste era el periodo en el cual gobernó Porfirio Díaz.

La sociedad mexicana estaba dividida en varias clases: la aristocracia feudal o “alta sociedad”, la burguesía nacional, la pequeña burguesía o clase media y el proletariado y los campesinos.

Esos treinta años fueron una dictadura. El porfiriato enriqueció a un pequeño grupo de familias, a costa del trabajo de los campesinos y de los obreros que formaban la mayoría de la población.

Se constituyó, entonces, una clase rica que era dueña de haciendas, fábricas, casas comerciales y negocios financieros. Además de los bienes económi-cos, este grupo de ricos controlaba el poder político y disfrutaba de una preparación cultural suficiente para sojuzgar al resto de la población mexicana. Además se mandaba por la fuerza a los jóvenes al ejército.

Esas causas hoy día parecen iguales, México gobernado por una dictadura de partidos políticos, de una clase rica y poderosa y una multitud de pobres miserables.

Si nos vamos a las causas sociales de la Revolución mexicana nos encontramos que la inversión de fuertes capitales extranjeros se hizo a costa de explotar todas las riquezas naturales, incluyendo la mayor: el hombre mismo.

Esto es, se dispuso de mano de obra barata o regalada por el desmedido apoyo que el gobierno dictatorial concedió a los capitalistas.

La explotación a la que se sometió a los peones en las haciendas, las minas y las construcciones, y a los obreros y artesanos en las fábricas fue determinante para la generación de la lucha armada.

La economía mexicana creció y la red ferroviaria se extendió considerablemente. Hacia 1910 el porcentaje de familias sin tierras representaba el 96.9 % de la población total del país.

Otro factor que me llama la atención es la cuestión del petróleo. Lorenzo Meyer en su libro “México y los Estados Unidos en el conflicto petrolero, 1917-1942 (1968)” escribe que “la pujante expansión de las operaciones petroleras británicas y estadounidenses en el Golfo de México durante la ‘época de oro’ de la industria exhibió lo poco que había afectado la Revolución a las grandes compañías petroleras entre el Plan de San Luis y el Plan de Agua Prieta.

Esto afectó a todas las ramas de la economía hasta cierto punto, con excepción de la industria petrolera”.

Hoy día con la Reforma energética tenemos esta situación del incremento de la gasolina y se espera capital extranjero en este ramo, pero todo eso se refleja en una situación de crisis para Petróleo mexicanos. La historia es maestra, nos enseña los eventos de la humanidad, la teoría de que la historia es cíclica se hace evidente en nuestro país, nos encontramos a un siglo de la Revolución mexicana, ¿y cuales son los elementos que se repiten? Hace cien años una dictadura, la de Porfirio Díaz, hoy día la dictadura de la Partidocracia; una causa común en ambas situaciones: hartazgo de las masas por su mal gobierno.

México ha sufrido cambios a través de un siglo, pero seguimos siendo un país de desigualdades. ¿Qué sucederá más adelante, la historia se repite de nuevo? Espero equivocarme, pero me surge la siguiente pregunta: ¿nos encontramos en el preámbulo de una nueva revolución? Esta pregunta el tiempo nos la responderá; cierto, pero lamentablemente se dice: pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla.

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