Texto: EFE
Estados Unidos anunció ayer la expulsión de 15 funcionarios de la embajada cubana en Washington en respuesta a los misteriosos “ataques” acústicos que han sufrido 22 diplomáticos estadounidenses en Cuba, un paso que eleva la tensión bilateral y deja el proceso de deshielo en su punto más frágil.
Cuatro días después de ordenar la retirada de la mayoría de su personal en la embajada de Estados Unidos en La Habana y pedir a los estadounidenses que no viajen a la isla, el Departamento de Estado fue más allá al ordenar una drástica reducción de la plantilla de la misión diplomática cubana en Washington.
“El Departamento de Estado ha informado al Gobierno de Cuba de que ha ordenado la salida de 15 de los funcionarios de su embajada en Washington”, dijo el secretario de Estado de EU, Rex Tillerson, en un comunicado.
La medida afecta a dos tercios del personal cubano en la embajada, y deja a apenas 8 funcionarios en la legación, entre ellos una única persona encargada del consulado. El gobierno estadounidense no ha culpado directamente al cubano por los ataques que han causado síntomas físicos a varios de sus diplomáticos en la isla, y de hecho está cooperando con el Ejecutivo de Raúl Castro en la investigación de los mismos.