“Hay quienes dicen que sin la caída del meteorito la humanidad no hubiera existido”, comentó el secretario de Investigación, Innovación y Educación Superior, Raúl Godoy Montañez, al resaltar que el Museo de Cráter de Chicxulub, ubicado en el Parque Científico y Tecnológico, se convertirá en una ventana a la historia que despejará muchas dudas.
Actualmente tiene un avance del 65 % en su construcción y se espera abra sus puertas en mayo próximo.
—Estamos muy pendientes con el techado del segundo piso, esa es la etapa en la que están ahorita; están subiendo vigas, están avanzando. Las estructuras metálicas del envolvente prácticamente están aquí, solamente falta instalar la quinta estructura metálica —detalló.
Otra de las obras que formarán parte del complejo del Museo, es los laboratorios de geofísica, los cuales se encuentra en un 85 % de avance, así como la nave que se ha preparado para convertirse en una Litoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Adelantó que el complejo será abierto paulatinamente, en el caso de los laboratorios se espera estén listos entre enero y febrero, ante el tiempo que representa la llegada del equipo, mientras que el Museo se espera su conclusión en Mayo.
Las obras representan una inversión cercana a los 62 millones de pesos. Hasta el momento se desconoce si la entrada tendrá algún costo.
Recordó que el cráter de Chicxulub es un acontecimiento que, a partir de la caída del meteorito hace 66 millones de años, reconfiguró la vida del planeta.
El impacto del meteorito generó condiciones de ausencia de luminosidad, elevación de temperatura, que lograron cambiar la faz de la tierra.
Por lo anterior, el Museo representaría un valor importante para el visitante de cualquier parte del mundo que quiera saber qué ocurrió y sus consecuencias.
—Muchos de los investigadores establecen que los humanos no existiríamos si no hubiera ocurrido aquel impacto. Al final de cuentas eso se tiene que transmitir, que en Yucatán ocurrió un fenómeno que cambió la vida de un planeta —concluyó.
Texto y foto: Jesús Gómez
