“Ustedes valen mucho a los ojos de Dios”, dijo el obispo auxiliar de Yucatán, Pedro Mena Díaz, a los jóvenes del Centro de Aplicación de Medidas para Adolescentes (Ceama), donde recordó la manera de actuar de Jesús, y en símbolo de humildad lavó, besó los pies de una docena de internos que participaron en la misa de Jueves Santo. “Dios nos dio la vida y tenemos que cambiarla para imitar su caridad, él es el verdadero camino de la felicidad”, subrayó.
–Hace unos momentos, el Papa Francisco visitó en Roma la cárcel de Regina Coelli, y lo hizo para dar cumplimiento a lo que el evangelio le ha pedido hacer en este Jueves Santo tanto a él como a los obispos y a los sacerdotes: seguir a Jesús para dar testimonio de que es Él quien nos dice cómo hay que vivir la vida, sirviendo al prójimo, sin importar quién es –dijo en su homilía, en la que narró la historia de un coronel nazi, a cuya esposa e hijos salvó un sacerdote durante la ocupación en la Segunda Guerra Mundial.
“Este alemán estuvo preso en la Cárcel de Regina Coelli, y allí se convirtió al catolicismo”, recalcó el obispo, quien luego recordó la conducta de Pedro, quien no quería que Jesús le lavara los pies, pero lo convenció, y también se los lavó como lo hizo con Judas Iscariote, quien después lo vendió con un beso.
-Pedro lo negó tres veces, y cuando lo apresaron, todos los apóstoles lo dejaron solo; sin embargo, sabiendo que lo traicionarían les lavó los pies a los apóstoles, que después de la crucifixión entendieron que tendrían que servir como Jesús, con humildad, a los que más lo necesitan –detalló.
Manuel Pool
Foto: Juliana Sepúlveda