El presidente estadunidense, Donald Trump, culpó ayer a su antecesor en el cargo, Barack Obama (2009-2017), por no actuar para prevenir el ataque cibernético ruso contra los servidores de la campaña de la demócrata Hillary Clinton que pretendía influir en las presidenciales de 2016.
Un gran jurado federal imputó el viernes a 12 agentes de inteligencia rusos por hackear la campaña de Hillary Clinton en las elecciones de 2016, así como al Comité Nacional Demócrata (DNC) con objeto de interferir en los comicios.
Trump señaló ayer que esos hechos “tuvieron lugar durante la administración Obama, no en la Administración Trump”.
Esta es la primera reacción de Trump a las imputaciones presentadas el viernes por el fiscal especial de la trama rusa, Robert Mueller.
Mueller solicitó al gran jurado la imputación de estos 12 agentes de inteligencia del Kremlin por haber accedido a datos de una red de ordenadores de la campaña de Clinton y del secretariado del Partido Demócrata.
“¿Por qué no hicieron algo al respecto, especialmente cuando se ha conocido que el FBI informó al presidente Obama en septiembre, antes de las elecciones?”, se preguntó Trump en el mismo tuit.
Horas después, Trump aseguró que Obama no tomó cartas en el asunto “porque pensó que Hillary Clinton ganaría” las elecciones presidenciales.
“Esa es la razón”, añadió el mandatario, que volvió a cargar también contra la cobertura que los “medios de comunicación de noticias falsas” dan a esta cuestión.
La imputación de los 12 agentes rusos se enmarca en las pesquisas sobre la supuesta coordinación entre la campaña de Trump y el Gobierno de Vladímir Putin.
Los responsables del Kremlin comenzaron en 2016 a inocular virus en las cuentas de correo electrónico de voluntarios y trabajadores del equipo de la política demócrata, una práctica mediante la que lograron contraseñas que les permitieron entrar en otras cuentas y documentos y controlar la actividad de decenas de empleados.
En el momento de difundir los datos robados, los rusos se hicieron pasar por activistas estadounidenses y se sirvieron de Facebook y Twitter para diseminar el alcance de la información.
Trump y Putin tienen programado su primer encuentro bilateral para el 16 de julio en Helsinki, una reunión en la que se espera que hablen sobre Siria, Ucrania, el control de armas y, precisamente, sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016.
Texto y foto: Agencias