La mano que mece la cuna… que mece la cuna…

Por Rodrigo Aguilar

Estuve ahí, lo vi de cerca y tampoco podía creerlo. Esa noche del 26 de Mayo de 2013 fui testigo de una de las grandes remontadas en la historia del futbol mexicano, quizá la final más dramática desde que se inventó la Liguilla. La noche que, tristemente, se acuñó el término “cruzazulearla”. El campeón: América; el héroe: Moisés Muñoz; el artífice, en el palco junto a Emilio Azcárraga: Ricardo Peláez.

Luego de hacer volar de nuevo a las águilas, Peláez ha vuelto a las canchas, como director deportivo, pero ahora al frente de La Máquina, que hoy marcha como líder invicta luego de 7 jornadas y no es casual. Acostumbrado a dar resultados, sus primeros aciertos como directivo azul están dando frutos: mantener a Caixinha en la dirección técnica, establecer un buen diálogo con él, hacer buenas contrataciones de jugadores y tenerlas listas a tiempo para trabajar y devolverle al jugador, cuerpo técnico y afición ese orgullo y amor por la camiseta tal cual lo hizo en Coapa hasta dejar campeonatos en sus vitrinas y el surgimiento del “ódiame más”.

La confianza y la motivación son factores claves en la consecución de cualquier objetivo, especialmente si se conjugan con mucho trabajo y talento. Cruz Azul, de la mano de Peláez, tiene eso y más. Es agradable ver sus partidos, seas celeste o no, con un Estadio Azteca con ambiente de copa europea y jugadores como Corona, Elías Hernández, Roberto Alvarado y Cauteruccio que parecen estar en “estado de gracia”.

Independientemente si los cementeros logran coronarse, queda de manifiesto desde ya el buen trabajo de Peláez, esa mano que mece la cuna. Bien le hace al futbol mexicano que figuras respetadas por su profesionalismo dentro y fuera de la cancha como él y otros más sigan “viviendo de la patada” ahora como directivos.

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