La cobertura de saneamiento de agua en Yucatán es muy baja, ya que solo cubre casi un cinco por ciento de las necesidades de una población de 2 millones de habitantes, señaló Moisés Gonzalo Gómez Pérez, director general de Incotex (Ingeniería y Consultoría Tecnológica), quien además advirtió que los meridanos pagan cuotas muy bajas por el servicio de suministro y saneamiento del líquido, con un desfase de más de una década.
Durante una ponencia realizada en el Instituto Tecnológico de Mérida (ITM) a invitación de la Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción (AMIC) y del Consejo Mundial de Ingenieros Civiles, Gómez Pérez enfatizó que en nuestro país el agua padece graves desequilibrios en la sobreexplotación de los acuíferos.
“Aunque hay avances en materia de saneamiento aún es insuficiente y existe un volumen indeterminado de aguas contaminadas que no son detectadas, que se pierden en las redes de desagüe o que se descargan de forma ilegal directamente”, abundó.
Recordó que la principal fuente de abastecimiento para la población del estado son las aguas subterráneas con las cuales se satisfacen sus necesidades domésticas, comerciales, industriales, incluidas las actividades productivas.
“Esta reserva de agua es altamente vulnerable por su ubicación en el subsuelo, en forma de acuífero subterráneo expuesto a recibir contaminantes que provienen de la superficie, así como vertimiento de aguas residuales domésticas, municipales, agropecuarias e industriales, además de sobreexplotación que son objeto”, dijo.
Explicó que la vulnerabilidad se define como el riesgo de que las aguas subterráneas se contaminen por alguna sustancia, en concentraciones por encima de los valores recomendados por la Organización Mundial de Salud (OMS).
Señaló que ante la escasa cobertura de saneamiento en la entidad de apenas el cinco por ciento, para una población de dos millones de habitantes se requiere que sea tratada antes de depositarla en el manto freático.
“Para superar los problemas de contaminación sobre el medio ambiente y la salud pública se requieren estudios integrales y debe analizarse desde un punto de vista sistémico o integral”, ahondó.
Estableció que uno de los principales problemas de contaminación del agua subterránea en la península de Yucatán son las descargas de aguas residuales por la falta de un adecuado y suficiente drenaje sanitario, así como poca infraestructura de tratamiento.
“Se produce contaminación por microorganismos patógenos, el arrastre de plaguicidas, metales pesados, fármacos, hidrocarburos, aceites de motor, chapopote de la pavimentación de calles, pinturas, productos industriales, entre otros”, expuso.
Indicó que si bien las fosas sépticas son una solución para las aguas residuales, su mal manejo se han convertido en un problema para ciudades como Mérida, donde no existe una red de alcantarillado profundo.
Dijo que ante tal situación, existen diferentes soluciones para enfrentar la problemática como el pretratamiento, el tratamiento primario, secundario y terciario de aguas residuales, para lo cual se necesita inversión por parte del estado y que los usuarios paguen un precio real por el servicio de distribución y saneamiento de vital líquido.
Finalmente, consideró que se debe aplicar la ley de una manera más rígida a todas aquellas empresas que contaminan las aguas subterráneas, toda vez que ello conlleva un atentado en contra de la sociedad en su conjunto.
Texto: ACOM
Foto: Cortesía