ALEJANDRO DEL RIO PIMENTEL
alex@villavainilla.com.mx
La semana pasada exponía el importante rol de la seguridad para el desarrollo del Estado, analizaba lo fundamental del tejido social y el sentido de pertenencia por tu “tierra” para conservarla.
Todos los que vivimos acá, nos preguntamos con mucho temor todos los días “¿Cuánto va a aguantar esta barrera de seguridad?” “¿Cómo viviremos si se destruye?” Y los que han migrado al Estado por las condiciones de paz y tranquilidad (o sea todos), se preguntan “¿A dónde nos iremos nosotros y nuestras inversiones si el “momentum” Mérida termina?”.
Sé que el sector más conservador está sacando conclusiones fáciles orientadas por el etnocentrismo (y ni siquiera se apellidan Trump, Pot o Balam). Pero como sabemos, Yucatán posee una histórica mezcla étnica en donde convivimos gente de origen maya, español, libanés y hasta coreano. Imagina, ¿qué sería de nuestra identidad sin el legado de cada uno de estos procesos migratorios? Por ejemplo, en nuestra afamada gastronomía, la bendición de tener en una misma mesa: kibis, pib y lechón, no es otra cosa que el resultado de la sana integración.
Entonces, ¿cómo podemos contribuir a mantener estas condiciones prósperas y armoniosas? ¿Qué rol juego yo?
Huache:
1. Adáptate y aprende a vivir con las buenas prácticas locales (y no me refiero a la puntualidad). Adopta desde verbalizar los “buenos días”, “buenas tardes” o “buenas noches”, hasta respetar los altos y las glorietas. Sé civilizado (acá nadie te quiere “ching…”).
2. No repliques los falsos “atajos” que en gran medida hicieron hoy de tu tierra natal, un desastre. No corrompas, no te quieras pasar de listo, no seas prepotente. Respeta (compórtate como cuando vas de shopping a Estados Unidos).
3. Aporta las vivencias positivas que otros lugares, empresas o sociedades con mayor desarrollo económico y cultural, te dieron. Comparte desde los errores que cometiste, hasta las técnicas y las metodologías de los cursos que has tomado. Retribuye justamente.
Yuca:
1. Exige respeto por tu casa, no pases por alto acciones o actitudes que puedan parecer más “efectivas” o “novedosas”, pero que van en contra de tus principios (si estas actitudes fueran tan “chéveres” no estarían huyendo de su tierra).
2. Integra inteligentemente. Ábrete a las buenas personas y a las oportunidades que este proceso migratoria trae, pero no permitas la entrada a tu vida de alguien que no comparte tus valores, ya que si lo toleras, detrás de ellos vendrán 20 más (y a lo mejor no todos son guapos).
3. Involúcrate en las decisiones de tu Estado, nadie mejor que tú va a dirigir el rumbo ni a cuidar tus intereses.
Vivamos en paz y armonía.