Pasar demasiado tiempo de ocio frente a dispositivos electrónicos, junto a un sueño insuficiente o la falta de ejercicio, puede interferir en el correcto desarrollo cognitivo de los niños de entre 8 y 11 años
Los niños que abusan de las pantallas, ya sea del teléfono móvil, de la tablet, del ordenador o de la televisión, tienen un peor desarrollo cognitivo e inteligencia que los que hacen un uso moderado de ellas. Así lo ha demostrado un estudio, llevado a cabo por un grupo de la Universidad de Ottawa (Canadá), que se ha publicado en la revista The Lancet Child & Adolescent Health.
En la investigación, se analizó el comportamiento de 4,520 niños entre 8 y 11 años de 20 lugares de Estados Unidos, a los cuales se les pidió que siguieron el plan Movimientos 24 horas, una serie de recomendaciones para el bienestar de los más pequeños. Entre esos consejos se encontraba practicar ejercicio moderado o vigoroso al menos una hora al día, dormir entre 9 y 11 horas y no sobrepasar las dos horas de exposición a las pantallas.
Los niños estuvieron una media de 3.6 horas utilizando este tipo de dispositivos, el 36% de ellos respetó las pautas de tiempo de pantallas y solo el 17% hizo la cantidad de ejercicio estipulada. Los resultados de las seis pruebas a las que fueron sometidos –memoria episódica y de trabajo, habilidades del lenguaje, atención, función ejecutiva y velocidad de procesamiento– demostraron que cuantas más recomendaciones cumplían los pequeños mejores eran sus capacidades, especialmente la limitación del tiempo con las tecnologías.
Otro de los factores muy importantes y determinantes es el tiempo que pasan los menores durmiendo, un periodo clave para el desarrollo de la plasticidad del cerebro. Al parecer, y según este estudio, solo la mitad de los niños dormían el tiempo recomendado, entre 9 y 11 horas. En muchas ocasiones, el uso de las pantallas está relacionado con esa falta de sueño de manera directa, haciendo que el pequeño esté usándolas en vez de estas descansando, o indirecta, utilizándolas poco antes de dormir, lo que impide que la melatonina haga su labor.
Un estudio de la Universidad de Londres, cuyo principal autor fue Tim Smith, encontró que por cada hora que usaban las pantallas los niños en edad preescolar se reducían 26 minutos de sueño. También un estudio reciente del Centro Reina Sofía daba datos alarmantes, pues en España los jóvenes entre 14 y 24 años afirmaron perder horas de descanso nocturno por estar en las redes sociales, un hecho que afecta al rendimiento físico e intelectual.
Las horas de sueño que podamos percibir en las noches son fundamentales para nuestra salud. Esta afirmación, muy frecuente de escuchar en la juventud, es cierta, y ello ha sido probado por varios estudios científicos.
Si eres observador, podrás darte cuenta que las personas duermen más, entre más jóvenes son; siendo los bebés el ejemplo extremo, que pueden dormir más de 12 horas continuas. Esto obedece a las necesidades que tienen sus cuerpos por descansar.
Las distintas etapas del desarrollo humano establecen un lapso definido de horas de descanso para que el cuerpo humano restaure sus energías y en orden de prevenir un probable trastorno del sueño.
Texto y foto: Agencia