Los partidarios de la independencia de Cataluña realizan bloqueos y manifestaciones para conmemorar el primer aniversario de la consulta soberanista que causó la crisis política más grave en España en décadas
El Presidente regional catalán, Joaquim Torra, apoyó las protestas callejeras de ayer para reivindicar el referéndum ilegal de “autodeterminación” de hace un año, pero el Gobierno español le pidió que ayude a la serenidad y al orden y le recordó la “fractura” de la sociedad catalana.
Miembros de los autodenominados Comités de Defensa de la República catalana (CDR) interrumpieron ayer la circulación de automóviles y de trenes en varios lugares de la región española de Cataluña y se manifestaron en Barcelona (noreste) para conmemorar esa consulta soberanista, que convocaron las anteriores autoridades secesionistas regionales. Estas acciones contaron con el amparo del independentista Torra, quien consideró que los CDR “hacen bien presionando”, además de instar a seguir haciéndolo.
El ministro español de Asuntos Exteriores, el socialista Josep Borrell, hizo un llamamiento a Torra para que contribuya “a la serenidad y al orden”, tras recordarle que él es el “responsable” de la seguridad pública en esa comunidad autónoma española. Por su parte, la ministra portavoz del Gobierno español, Isabel Celaá, consideró que el primer aniversario de ese referéndum ilegal -celebrado el 1 de octubre de 2017- es “un día de triste memoria”, en el que “no hay nada que celebrar”, y no tuvo ninguna consecuencia jurídica.
Pero, en su opinión, lo peor fue que “ese día se visibilizó como nunca la fractura de la sociedad catalana”. El presidente del opositor Partido Popular (PP, centroderecha), Pablo Casado, señaló por su parte que Torra cruzó otro límite “incitando a la confrontación”. La líder catalana del opositor Ciudadanos, Inés Arrimadas, calificó de “intolerable” que Torra “anime” a los CDR.
En un acto conmemorativo de esa consulta, Torra reiteró también su compromiso con “el mandato democrático” de ese día, en referencia a su resultado, aunque la Justicia española lo había declarado ilegal.
El 90% de los participantes votaron a favor de la independencia, según aseguró entonces el gobierno catalán, que presidía el independentista Carles Puigdemont, pero la votación tuvo lugar sin un censo oficial y sin control de participación, ya que hubo personas que votaron varias veces en distintos lugares.
Texto: EFE