El lunes 01 de octubre de 2018 pasará a la historia como el día en el que un nuevo Tlatoani de nombre Cuauhtémoc vuelve a gobernar sobre territorio mexicano. El príncipe de Tepito, quien escribiera su nombre con letras de oro en la historia del club América y de la selección nacional de futbol, ha tomado posesión como gobernador del estado de Morelos en un hecho sin precedentes en la política mexicana.
La farándula y la política tienen más historia en nuestro país, incluso otros deportistas han ocupado puestos políticos antes; pero nunca una leyenda del balompíe mexicano habia volado tan alto en la esfera política, nunca un personaje tan controversial y tan popular de nuestro deporte habia tenido el destino de millones de mexicanos en sus manos, aunque en el caso del Cua, sí es sus pies, si ustedes me entienden.
Es claro que sin sus antecedentes como figura y sin el impulso descomunal de la figura del pelotero al bat López Obrador, Cuauhtemoc dificilmente habría llegado a ganar la gobernatura; sin una trayectoria brillante en la administración pública que justifique su rápido ascenso, es imposible dar un voto de confianza al mexiquense. Además, como buen compañero ha invitado a sus compas Villa y Terrazas a su gabinete. El equipo más odiado del país ahora gobernará un estado. Cuahutemoc “El águila que desciende” esperemos no signifique la caida en la ruina de otro estado más de la patria. Pero si un actor puede dirigir la cultura de este país, ¿por qué no puede gobernar un futbolista? Al menos siendo del América ya está acostumbrado a las mentadas…