Luego de 40 años compra un edificio

El director nacional del instituto, David Penchyna Grub, señala que se dejará de pagar una renta anual de 1.2 mdp; en todo el país se compran 6 edificios en 900 mdp, incluyendo el de Yucatán

Más de 40 años de rentar sede en cuatro edificios de la ciudad de Mérida, el Infonavit por primera vez cuenta con un inmueble propio, el cual tuvo un costo de construcción de más de 110 millones de pesos.

El Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) pagaba poco más de 1.2 millones de pesos al año en rentas en la antigua sede de Pensiones, que fue la última, luego de pasar por edificios rentados en el Centro de la ciudad, la colonia Nueva Alemán y Paseo de Montejo.

Ayer fueron inauguradas las nuevas oficinas que tienen su sede en la colonia Centro, a un costado del Centro Cultural La Ibérica, cerca de la colonia García Ginerés, donde cuenta con un Centro de Atención al Cliente y oficinas administrativas.

En el acto se contó con la presencia del director nacional del instituto, David Penchyna Grub, que destacó que son en total, seis estados que cuentan ahora con una oficina propia, tras más de 40 años rentando oficinas.

—Se realizó una inversión de más de 900 millones de pesos en la construcción de las seis sedes, entre ellas, la de Yucatán, mismos que representan un ahorro nacional de más de 40 millones de pesos que erogábamos en rentas —dijo el titular nacional del instituto.

La inauguración se realiza en el marco de la culminación del gobierno federal actual, que es hoy, y ante la incertidumbre sobre si la dependencia continuará, ya que a partir de mañana asume el poder la nueva Presidencia de la República.

—Hasta la fecha nosotros no hemos recibido recursos de la federación o de los gobiernos locales, sino que lo hacemos es administrar un ahorro del trabajador, por lo que vemos que lejos de desaparecer, por el contrario, el instituto se fortalecerá —señaló. En la inauguración del inmueble se contó con la presencia del delegado en Yucatán, Manuel Bonilla Campo.

Texto y foto: Iván Duarte

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