Ubicado a unas cuántas cuadras al suroeste del Parque de San Juan y más cerca aún de las terminales de autobuses, caminando sobre la calle 70, se llega al ex cuartel que se ubica junto a la hermosa iglesia dedicada a La Virgen de la Asunción, que es venerada en el mes de agosto, con rosarios, gremios y misas, que culminan con vaquerías y espectáculos de juegos pirotécnicos que congregan visitantes de toda la ciudad y de poblaciones circunvecinas.
–Es la única fiesta popular que se conserva en los barrios, y es nuestro orgullo –comentó doña Elsy.
Pionera en la venta de panuchos y salbutes en el mercado de este barrio, doña Elsy inició en un puesto ubicado al interior del inmueble y de eso han pasado ya más de 45 años.
San Sebastián fue conocido como el barrio bravo, porque es cuna de boxeadores como Fredy “El Chato” Castillo y los famosos “Candelitas” Varguez, que con gallardía y pundonor pusieron en alto el nombre de Yucatán en sus combates.
Y qué decir de aquellos bailes que organizaba el inolvidable “Pompidou”, que a finales de los setentas también tenía sus comparsas, una alegre tradición que hasta la fecha continúa don Marcelo Sanguinetti “Jacarandoso”, que en 1980 con solo 17 años de edad fue coronado como rey del Carnaval de Mérida.
–Aquellos bailes eran maravillosos, venían los artistas más famosos de la época, como Chico Che, que cada vez que se presentaba en San Sebastián comía aquí en la lonchería. Me acuerdo que pedía sus panuchos y salbutes –recordó la entrevistada, que a la fecha acompaña a su hija Lupita en su puesto, que lleva el mismo nombre y que se ubica en la parte exterior del mercado, sobre la 70.
En este lugar usted puede desayunar hoy domingo un sabroso mondongo kabic o a la andaluza, o un sabroso caldo de pavo, además de la tradicional cochinita, una estupenda forma de comenzar el día y cargarse de energía para caminar por el rumbo y disfrutar de las bellas construcciones que hoy albergan dos escuelas con mucha tradición.
–Lástima que se cambió el sentido de los paseos de carnaval que antes terminaban en San Juan, porque la gente venía a disfrutar de los bailes y había un gran ambiente con las comparsas de vecinos que se sumaban a la fiesta, luego se lo llevaron a Xmatkuil y hoy pasan estos días como cualquier otro –dijo la entrevistada.
Sin embargo, basta caminar por las calles de este barrio para darse cuenta que la gente vive con gran alegría, y así en una tienda se escucha la música de la Sonora Santanera y la señora que atiende y sus clientes se ponen a aplaudir como si estuvieran en una fiesta, mientras que el vendedor de paletas y bolis pregona de singular manera su venta animando a que le compren las personas que descansan bajo los frondosos árboles que rodean la fuente, que se dice, fue instalada en ese lugar por el ayuntamiento en 1917.
Los cronistas de la ciudad hacen mención de que por la calle 81 entraron a la ciudad las tropas del General Salvador Alvarado, quien llegó hasta el cruce de la 75 con 70 para preguntar la forma más rápida de llegar al primer cuadro de la ciudad.
Por las tardes, éste es uno de los puntos de encuentro de las familias del rumbo que acuden a disfrutar de unos sabrosos antojitos antes de regresar a sus casas contentos y listos para reiniciar las actividades de la semana.
Texto y fotos: Manuel Pool