Por César Espadas
En el fútbol, como en cualquier deporte, cuando crees que ya lo has visto todo, tus pupilas son testigo de noches mágicas, de momentos en los que esos genios dotados de un talento especial para competir profesionalmente, se encumbran en el olimpo del deporte y provocan, a los que somos fanáticos, que las pulsaciones revolucionen al punto de agradecer por tener la dicha de presenciar esa magia. Cristiano Ronaldo es de esos atletas que con su dedicación y talento, son expertos en provocar la locura en los aficionados.
Esta semana, el letal atacante luso confirmó que es el amo y señor de la Champions League al anotar 3 goles para guiar a la Juventus a remontarle al rocoso Atlético de Madrid y guiarlos a cuartos de final. Sus números en este torneo son monstruosos: campeón en 5 ocasiones, líder de goleo histórico con 125, en 7 ediciones ha sido el máximo anotador, único en marcar en 3 finales, en todos los juegos de una fase de grupos y en 11 juegos consecutivos. El peso específico de CR7 en Champions es brutal, 63 de sus 125 goles han sido a partir de octavos de final y anota mayormente en los partidos de vuelta. Es un hombre que no le teme a los momentos de presión y que carga en sus hombros el peso del equipo.
Con 34 años está sediento de nuevos desafíos, buscando más trofeos y sigue rompiendo récords. Cuando usted rememore momentos mágicos de Champions, piense en Cristiano, estoy seguro que por su mente aparecerán al menos, la celebración del penal en la final ante el Atlético o el gol de chilena ante la Juventus.