Por Didier Ucán
No cabe duda que los ganadores siempre pasan a la historia, son los que tienen los reflectores, los que todo el mundo recuerda; los que los niños anhelan ser.
De los perdedores poco se dice, si es que se dice algo. Es parte innata del ser humano, el ser exitoso y ser reconocido se ha vuelto un sinónimo de ser un campeón, de salir victorioso, de ser ese alguien que la sociedad espera que seamos.
Los perdedores, ese estigma que lleva mucha gente que se quedó en la raya, que estuvo a punto, esa carga psicológica que marca para toda la vida. Un conjunto de características que quizá no es tan mala.
Es de esta última idea de donde Netflix saca la inspiración para su serie documental “Losers”, en esta serie encontraremos ocho historias del mismo número de deportistas en diferentes ámbitos, cada una de ellas guiadas por una sola cosa: todos fracasaron en algún punto de su vida.
El formato es sencillo, piezas documentales de entre 24 a 37 minutos, en los que se nos explica con entrevistas e ilustraciones descriptivas las historias. Ya sea un campeón mundial de boxeo por accidente, una corredora de trineos o un equipo de fútbol de la 4ta división de Inglaterra, todos tienen una historia interesante que contar.
Y es que el enfoque de “Losers” no se basa en el fracaso en sí mismo, sino en cómo ese momento decisivo se convirtió en un aliento para continuar intentándolo o para redescubrirse en otros ámbitos que jamás habían imaginado, de cómo perseverar para lograr ese objetivo. De cómo estas ocho personas han enfrentado esa vida de fracasos para convertirlas en algo esperanzador.
Después de todo no existe victoria sin fracaso, no existe un solo campeón que no haya perdido al menos una vez. Por eso los perdedores siempre son más importantes.