Ante posible cierre de la frontera con Estados Unidos, el presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo que es un tema, ante el cual se debe actuar con prudencia, por lo que no quiso adelantar vísperas.
“Es que entraríamos en una dinámica (de intercambio de posiciones), y yo prefiero el amor y paz. No quiero adelantar vísperas. Decirles que estamos ayudando, no vamos a confrontarnos con el gobierno de Estados Unidos, ya me lo recomendaron mis asesores internacionalistas en Poza Rica, Veracruz”, expresó.
El mandatario mencionó que ayer en su gira por Veracruz, cuestionó a la gente si querían que contestaran a Estados Unidos, y le respondieron de manera unánime que no, y que mejor fuera prudente, por lo que él considera que es mejor tener una política de amistad con el país vecino.
En conferencia señaló, que lo que México hace es ayudar en todo lo que es el flujo migratorio por el país, pero que no es un asunto sólo de México, pues los migrantes que vienen son de Centroamérica y de otros países, debido a que no se están atendiendo las causas ni hay oportunidades de trabajo, pobreza, inseguridad y violencia.
“La gente se echa a andar, emigra por necesidad y por violencia. Entonces, hay que atender las causas. Nosotros estamos promoviendo el que haya cooperación para el desarrollo y que los mexicanos puedan trabajar en sus comunidades de origen; y lo mismo nuestros hermanos centroamericanos. Ese es nuestro plan”, aseveró.
López Obrador indicó que actualmente el número total de mexicanos deportados de Estados Unidos por la frontera norte, son del 10 al 15%, por lo que confía que al final de su administración o en el transcurso de ésta llegue a cero.
“Tenemos que ayudar, porque por nuestro territorio pasan migrantes centroamericanos y tenemos que ordenar esa migración, que sea legal y al mismo tiempo que se protejan derechos humanos.
“En eso estamos, pero serenos, tranquilos, sin aspavientos y con mucha prudencia, con mucha responsabilidad”, añadió.
Texto y foto: El Universal