Titanus Mosura

Por Juan Esteban Méndez

Mae Govannen, estimados lectores. Para los que han seguido mi trabajo saben que Godzilla es uno de los pilares de mi formación en la cultura popular, dudaba sobre escribir una crítica del más reciente largometraje, pero después de pasar por alto a un personaje en específico hoy hablaré sobre ella para darle justicia: Mothra, la reina de los monstruos.

Mothra es, junto con Godzilla, King Ghidorah, Rodan y Mecha Godzilla, una de las estrellas recurrentes en la saga de los personajes de los estudios Toho en Japón. El nombre “Mothra” proviene de la palabra en inglés “moth” (polilla) que transformado en el dialecto japonés es denominado como “Mosura”.

Mothra tuvo su primera aparición en su película del mismo nombre en 1961, dirigida por Ishirō Honda, el responsable años atrás de la dirección de Gojira en 1954. Al igual de Godzilla, Mothra es producto de la radiación y vive en “Infant Island”, una isla ficticia en donde vive junto con unas hadas (casi siempre unas gemelas) que son sus intermediarias; cabe destacar que Mothra es una divinidad y protectora de la tierra en la gran mayoría de sus encarnaciones.

Esta interpretación del personaje la convierte en el Kaiju de Toho con más profundidad espiritual, pues contrario al personaje de Godzilla, que es una representación de los horrores de la bomba nuclear en Japón, Mothra es símbolo del espíritu de esperanza del pueblo japonés, representado en el ciclo de vida-gloria-muerte-resurrección ante las grandes catástrofes que ha sufrido el país del sol naciente.

Podría decirse que Mothra es la versión del ave fénix del universo de los monstros de Toho, renaciendo de las cenizas una y otra vez para mantenerse en su lucha de preservar la integridad de la dignidad y la bondad humana, valores que encarna el personaje, antítesis de la naturaleza caótica de Godzilla.

Dentro de las múltiples lecturas que se le han hecho y se le harán a los kaijus creados por Toho, Mothra es sin duda la criatura más benevolente, con una naturaleza maternal y que confiere al espectador de un discurso bondadoso ante el caos de los monstruos.

 

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