Roberto Dorantes
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Los conceptos han evolucionado, la palabra fobia es más utilizada para definir a aquello que sufre discriminación, persecución, y violentar los derechos de un grupo de personas que profesa una creencia, una conducta determinada y que se les define como un grupo vulnerable al que hay que defender sus derechos por ser una minorías.
Jeremy Hunt candidato a líder conservador y primer ministro británico alentó hoy a llamar “cristianofobia” la persecución de cristianos en el mundo y poner los medios para combatirla, dicho candidato presenta un informe como respuesta a los grupos laicista que han tratado de relegar la cuestión de la libertad religiosa a una especie de derecho humano de segunda clase.
No cabe duda que el lenguaje evoluciona, la palabra “cristianofobia” es nueva, sin embargo, la persecución de los cristianos es tan antigua como su origen, hagamos un poquito de historia para confirmar esta premisa.
El primero en sufrir persecución fue Cristo, su propia gente lo condenó y lo llevó al patíbulo de la cruz; todos sus discípulos y seguidores creyeron en él, se dedicaron a propagar su doctrina y su mayor milagro, me refiero a la Resurrección, Jesucristo es el único que ha regresado de la muerte, su resurrección es un hecho histórico y milagroso.
Los seguidores de Cristo fueron llamados “cristianos” de manera despectiva, fue en Antioquía de Siria donde apareció por primera vez el nombre de cristiano.
En el imperio romano hubo diez grandes persecuciones contra el Cristianismo, denominadas generalmente con el nombre de los emperadores que las decretaron: las de Nerón, Domiciano, Trajano, Marco Aurelio, Septimio, Severo, Maximiano, Decio, Valeriano, Aureliano y Dioclesano.
Se han creado sistemas políticos en contra de Dios y de todo lo que se llama cristiano como el comunismo, las grandes revoluciones han sido en contra de los cristianos, en nuestra nación tenemos el caso de las leyes de reforma, la revolución mexicana, la guerra cristera entre otros movimientos políticos que han querido desaparecer todo vestigio cristiano.
Hoy más que nunca existe una persecución en contra de los valores y moral cristiana, el mostrarse cristiano puede ser objeto de burla y escarnio, se prohíbe los símbolos cristianos en lugares públicos, entre otras cosas.
Existe un rechazo a todo el conjunto de verdades cristianas, con las doctrinas ideológicas de hoy día, se ataca a Dios, la familia, la integridad del cuerpo y la vida de los inocentes, promoviendo leyes como son el “matrimonio igualitario”, el aborto, la eutanasia, y la legalización de las drogas, se intenta acabar con los valores cristianos.
El cristiano que conoce la historia sabe perfectamente que hay una lucha que va más allá del orden natural, una lucha que trasciende, una lucha metafísica entre el bien y el mal. La libertad religiosa es un derecho fundamental que hay que defender, que no se le persiga a nadie por su religión, la libertad de creencia es quizás el derecho humano más fundamental porque muchos otros dependen de él.
