Por Carol Santana
Existen muchos mitos sobre lo qué es el feminismo y una de mis favoritas es cuando la gente asume que existe un termómetro o regla para medir quién es más feminista y quién no.
Si bien, hay actitudes que obviamente son machistas, cuando hablamos del feministrómeto nos referimos a la tendencia que se tiene de juzgar todas las acciones de las mujeres que se asumen feministas nada más para probar que están mal o que su feminismo no es válido.
Por ejemplo, hay personas que creen que para que tu feminismo sea válido necesitas pertenecer a la NASA, o tener doctorados y vestirse de cierta manera; por lo mismo, hay quienes creen que sólo las mujeres que tienen medallas o logros “importantes” son las únicas que pueden reclamar o hablar de la doble moral que existe gracias al patriarcado.
Este tipo de prácticas no nos sorprenden si pensamos que a las mujeres se les juzga por todo: por lo que deciden hacer y lo que no. Y si bien hay prácticas y corrientes con las cuáles debemos ser críticos -como la transfobia-, la mayoría de estos comentarios vienen acompañados de micromachismos.
¿Cuántas veces no has escuchado o visto algún comentario con “estas si son las verdaderas feministas”? Gracias a la exposición del Internet, ahora es más común ver estos memes e ideas siendo compartidas y viralizadas. Lo triste es que detrás de estas campañas también se refuerzan estereotipos, tanto en hombres como mujeres.
Aunque hoy en día hay más mujeres que se asumen feministas, el odio y el repudio que el movimiento genera en personas que se niegan a aceptar que las mujeres no pueden seguir sujetas a sus roles heteropatriarcales, sigue siendo un impedimento para que más niñas y mujeres se acerquen a conocer el feminismo y todo lo que implica.
De la misma manera, entre nosotras es muy común juzgar todas las acciones que realizamos, y nos llenamos de culpa porque sentimos que no estamos haciendo tanto como deberíamos: que si no fuimos a las marchas, que si no participamos en un colectivo, que si no donamos para cierta causa, etc.
Cada quien puede unirse a la lucha desde su trinchera, lo importante es reconocer que estas prácticas de criticar y juzgar al final también acaban siendo artimañas del sistema que buscan dividirnos y reproducir lo mismo de siempre: situaciones en donde las mujeres hagan lo que hagan no pueden ganar.
Y aunque debemos ser críticas, también es muy importante que seamos empáticas y sororarias entre nosotras.