Mary Carmen Rosado Mota
@mary_rosmot
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Estamos a 7 días para que disfrutemos de la edición LIV del Super Bowl, y aunque para muchos la noticia sigue siendo la ausencia de Tom Brady y sus Patriotas, el próximo domingo cuando los Kansas City Chiefs y los San Francisco 49ers salgan al campo del Estadio Sun Life de Miami, viviremos un momento histórico por más de una razón.
Será entonces cuando Katie Sowers se convierta en la primera mujer en formar parte del equipo de entrenadores de un equipo que dispute el Super Bowl. Lo hará de la mano de los 49ers, escuadra a la que pertenece desde el 2017 cuando llegó como asistente del equipo ofensivo que buscará su sexto anillo de la NFL.
Si pensamos en el futbol americano quizá vengan a nuestra mente golpes, tlaques, fuerza y una que otra emoción desbordada, pero siempre con la misma idea de hombres fuertes, robustos, que ponen en juego su físico para desempeñar un deporte. Pero en esta ocasión la entrenadora asistente de los de San Fransciso ha sabido ganarse a toda la plantilla, quienes la escuchan con respeto y aceptan las indicaciones de su coach.
¿Es dificil estar rodeada de puros hombres? Muchas mujeres que han formado o forman parte de una plantilla de equipos varoniles seguro se han enfrentado a muchos retos, sin duda la propia Katie Sowers habrá tenido momentos dificiles en su carrera, porque además ha sido abierta con su sexualidad cuando se declaró miembro de la comunidad LGBT, pero siempre tuvo en claro que llegaría hasta este momento. En su cuenta de instagram colocó una fotografía con su familia sosteniendo un cartel con la frase “Olvida las princesas, yo quiero ser coach de la NFL”, reconociendo que es precisamente su familia, quienes la han sostenido en todo momento y aceptado todas sus desiciones.
La presencia de Katie no debe pasar desapercibida, ni podemos permitirlo, a los millones de espectadores alrededor del mundo que tendrán su mirada puesta en Miami tenemos que hacerles entender que este no debe ser un hecho aislado. El deporte es un universo inmenso donde no debería importar ni el género, ni nuestras prefencias, ni nuestro país, ni una religión, ni nada más que el talento que poseamos para desempeñar nuestro trabajo.
“Los grandes sueños, no tienen límites” indica la frase de otro cartel, el 2 de febrero será una noche mágica para muchos deportistas que podrán ver alcanzado un sueño, pero para muchas amantes del deporte el sueño será cumplido sin importar el marcador final. El domingo será Katie, más adelante tendría que ser cualquiera.