Por: Gabriel Ortiz
Como si estuviera escrito en un guion cinematográfico, la carrera de Patrick Mahomes va cumpliendo con cada uno de los factores que lo convertirán en una estrella del fútbol americano; solo el tiempo dirá si lo que presenciamos el domingo durante el Super Bowl 54 es el inicio de una serie de triunfos y logros, que lo coloquen en la historia junto a otros grandes, o se apagará como le sucedió a otras promesas jóvenes quienes tras unas primeras temporadas brillantes, no han logrado consolidarse en el juego como superestrellas de sus equipos.
En su segunda temporada como titular, Mahomes ha logrado conseguir el tan ansiado anillo de campeonato, guiado por un experimentado head coach y una defensiva ordenada y práctica, que supo apretar y resolver el partido cuando fue necesario hacerlo.
Del otro lado, la derrota se presenta ante otro joven que esta acostumbrado a ganar; Jimmy Garoppolo vio desde la banca las victorias de los Pats y aprendió del mejor de la historia, Tom Brady. Sin embargo, en esta su primera oportunidad en los controles ha sucumbido junto a unos 49ers de San Francisco que perdieron la brújula en el momento más importante del partido.
Quizás estemos ante el nacimiento de una nueva rivalidad, ante el cambio generacional de la sangre nueva en los emparrillados de la NFL.
Lo que si sé, es que esta liga nos prepara grandes cosas para el futuro. Hace unos días vimos partir una leyenda del basquetbol, quizás ayer vimos nacer una en las canchas de Miami.
