Por: Marcial Méndez
Con su nueva película, Harley Quinn finalmente ha podido escapar el terrible legado al que la había condenado Suicide Squad, una de las peores cintas del cine superheroico de todos los tiempos. Dejando atrás el personaje mediocre y risible que alguna vez fue, la anti-heroína caracterizada de arlequín consigue, en Birds of Prey, brillar con luz propia al probarse ante si misma y ante las audiencias como un personaje con identidad propia capaz de sostenerse (tanto a sí misma como al filme que protagoniza) por sus propios méritos.
Más allá de la diferencia abismal entre la caracterización y el arco de personaje de la Harley de Suicide Squad y la de Birds of Prey, esta última película destaca por ser una propuesta increíblemente fresca dentro de su “género”. Basta verla una sola vez para constatar que se trata de una cinta con mucha pasión y una dirección que derrocha estilo. La música, las visuales y la manera en la que la narrativa se hila mediante fragmentos contados en ligero desorden la convierten en un espectáculo apantallante y muy bien llevado. El desarrollo de la historia es especialmente bueno. Asimismo, es aplaudible su fusión de géneros (debajo del recubrimiento colorido hay una cinta de crimen) y las carismáticas actuaciones detrás de los dos antagonistas de la película.
Sin embargo, Birds of Prey también tiene sus problemas. A pesar de los aciertos listados anteriormente, la cinta da una vuelta equivocada al entrar a su tercer acto. Aunque su magia no se pierde del todo, el último tramo del filme saca a relucir los peores vicios del cine superheroico en detrimento de su unicidad: caracterizaciones y diálogos caricaturescos (en el mal sentido), pésimo humor e interacciones entre personajes que se sienten tan forzadas e inverosímiles que hasta resultan incómodas para el espectador. El estilo audiovisual salva un tanto estos malos momentos y, afortunadamente, el resto de la cinta es lo suficientemente genial como para compensar por esos puntos débiles.
Al final, la balanza de Birds of Prey tiende más hacia lo bueno que hacia lo malo. Aunque imperfecta, la cinta dirigida por Cathy Yan se perfila como una de las mejores y más originales propuestas del cine superheroico en tiempos recientes. Si aún no la has visto, te recomiendo que le eches un ojo.