La reciente declaratoria de emergencia nacional por el coronavirus, que realizó el presidente de los Estados Unidos, y las nuevas medidas de restricción sobre reuniones públicas que anunció el gobernador de California, Gabina Newson, asestó un golpe a la economía de los migrantes yucatecos.
En San Francisco se han suspendido las clases en las escuelas de nivel primaria hasta por 3 semanas; mientras que en los supermercados y tiendas de abarrotes varios anaqueles lucen vacíos, informó Ángel Granados Ontiveros, quien preside las Federaciones de Clubes Migrantes del Norte de California.
Granados Ontiveros abundó que los paisanos están comprando alimentos enlatados para almacenar y papel higiénico, que ya empieza a escasear.
La situación de los más de 15 mil migrantes originarios de Oxkutzcab que trabajan en California y Oregón, ya empiezan a sentir el daño colateral originado por el COVID-19.
En la ciudad de San Francisco, los empleados contratados recientemente en los restaurantes están siendo despedidos; mientras que varios restaurantes del área de la Bahía han recortado horarios laborales. Si la situación continúa así los ingresos de los migrantes podrían bajar, y tendrían dificultades para pagar las rentas de sus departamentos, las cuales son muy altas.
Las familias de los migrantes en Yucatán tendrán que hacer un ajuste a sus economías ya se podría presentar un descenso en el envío de remesas.
Texto y foto: Bernardino Paz
