Con su experiencia en el rubro, y ante la demanda de artículos para el sector salud, Joaquín Vázquez decide crear un modelo adaptado de un tapabocas con careta
Joaquín Vázquez se dedica desde hace 12 años al oficio de sastre, actividad que heredó de sus padres, pues toda su vida vivió entre telas, tijeras y moldes; sin embargo, hace poco más de un mes su suerte cambió, ya que la contingencia sanitaria ocasionó que tuviera que parar actividades, pero se las ingenió para salir adelante.
Con su experiencia en sastrería, y ante la demanda de artículos para el sector salud, Joaquín decidió crear un modelo adaptado de un tapabocas con careta, para que las personas pudieran tener un solo producto, que sea más práctico, económico, fácil de manejar y, sobre todo, reutilizable.
“Estamos buscando nuevas opciones, y para hacer más prácticos los materiales que utiliza la gente para su protección, decidimos integrar la careta y cubrebocas en un solo producto, más práctico y más fácil de manejar” dijo Joaquín.
Comentó que a raíz de esta contingencia se quedó sin trabajo, pues se dedica a las confecciones textiles, prendas de vestir y decoraciones para el hogar, así como la elaboración de uniformes, pero tuvo que cerrar el negocio debido a que no tenía clientes.
Vázquez indicó que las crisis siempre traen oportunidades, y ante la difícil situación económica que está atravesando él y su familia, se le ocurrió crear este prototipo, con el cual las personas están totalmente protegidas.
“Se pone de la misma manera de la que se pone un cubrebocas, el peso es prácticamente el mismo, pero viene con la careta integrada que se pega a la cara, y no son dos piezas que tienen que utilizar, con una sola pieza ya están protegidos” subrayó.
Dijo que este producto ha tenido buena respuesta, pues le han hecho varios pedidos y se pueden vender a partir de una solo pieza. Incluso algunos los piden personalizados y de diferentes colores.
Joaquín Vázquez destacó que la elaboración de este producto tiene una doble finalidad, la de obtener recursos para poder sacar a delante a su familia y, por otra parte, poder apoyar a los médicos, enfermeras y enfermeros que carecen de estos materiales debido al desabasto que se registra hoy en día en algunas instituciones de salud.
Texto y fotos: Georgina Becelis