En medio de litigios arrancan los trabajos

Integrantes de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya “Múuch Xíinbal” cuestionaron la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador a la Península de Yucatán para poner en marcha el inicio de las obras del Tren Maya, pues afirmaron que con estos trabajos se pone en peligro la principal fuente de abasto de agua de la población en general y de las comunidades indígenas en lo particular.

Los quejosos han solicitado en reiteradas ocasiones al Gobierno Federal que se abstenga de la construcción y ejecución de este megaproyecto, en aplicación del principio precautorio en materia medioambiental, toda vez que no se han hecho públicos los estudios sobre el posible impacto que pueda tener esta obra.

No obstante, a pesar de los amparos que han interpuesto las organizaciones que forman parte de asamblea ante diversas instancias federales, ayer lunes empezaron las obras del tramo 4 Izamal-Cancún, el cual constará de un trayecto de 260 kilómetros, con una inversión de 27 millones de pesos, y que deberá concluirse a más tardar en 28 meses, según informó el mandatario federal.

Durante su gira por Quintana Roo para encabezar el citado arranque de trabajos, López Obrador destacó que con estas acciones se generarán poco más de 15 mil empleos directos, y deberán estar concluidos en tiempo y con el presupuesto acordado.

La obra consiste en la construcción de dos nuevos carriles para la autopista, para hacer un total de cuatro, así como una doble vía de ferrocarril para el tramo Mérida-Cancún.

“La idea es que este tren sea de carga, que lleve pasajeros, y además sea un medio de transporte turístico en donde se pueda aprovechar la riqueza que tiene toda esta región”, expresó.

El titular del Ejecutivo federal indicó que con estas rutas se podrán conocer las antiguas ciudades mayas y las nuevas urbes del sureste de México.

“Lo que queremos es que las entidades que forman parte del sureste del país tengan un crecimiento como el que ha tenido Quintana Roo en lo últimos 40 años, que ha registrado un desarrollo anual del 10% en la industria de la construcción”, subrayó.

Lo que se busca, destacó, es que haya un desarrollo equilibrado en todo el país, por lo que esta obra tendrá un gran impacto en las entidades que forman parte del sureste.

En ese sentido explicó que con la construcción de estos cinco tramos que conforman el proyecto, se crearán poco más 80 mil empleos directos, lo que es una oportunidad para las personas que han perdido su empleo a causa de la contingencia sanitaria.

Por su parte, el director del Fondo Nacional del Fomento al Turismo (Fonatur), Rogelio Jiménez Pons, subrayó que después de muchos meses de planeación, preparación técnica y estudios, y con participación de miles de técnicos, se pudo iniciar este proyecto en Lázaro Cárdenas, Quintana Roo, el cual ha cautivado a miles de comunidades mayas, gobiernos y empresas que han manifestado su apoyo a esta megaobra.

También expuso que un tren es la solución de conectividad, ya que integra puertos, aeropuertos, ciudades y otras infraestructuras, impulsa la economía, permite ordenar el territorio y trae bienestar a la gente.

“Según datos de la ONU-Hábitat, más de un millón de personas saldrán de la pobreza gracias al Tren Maya, y se prevé un crecimiento del 1.6 con la construcción de esta obra”, mencionó.

A su vez, el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, dijo que, sin duda, la construcción del Tren Maya es una herramienta idónea para impulsar el desarrollo regional del sureste de México y del Mundo Maya, pues tiene una visión vinculante e integradora.

“El Tren Maya nos permitirá estar más cerca de lo que somos y de lo que jamás deberemos abandonar, pues se potencializará la posibilidad de atraer al turismo con capacidad de gasto, con un perfil del visitante más orientado al ecoturismo, al turismo cultural y rural”, finalizó.

Texto: Georgina Bacelis

Foto: Cortesía

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