Niñez enfrenta otras pandemias

Debido a las condiciones económicas no se puede garantizar una alimentación saludable, ya que no hay acceso a ella, advierte especialista

“La desnutrición ha sido otra pandemia provocada por el covid-19, pues el hambre va en aumento por todo el mundo, y si no se controla se prevé que este problema afecte severamente a los infantes menores de 5 años de edad”, advirtió Mónica Rojas Pérez, especialista en Psicología de la Alimentación.   

Señaló que la crisis actual ha ocasionado un desplome en la economía yucateca, en donde 4 de cada 10 hogares está en situación de pobreza extrema, por lo que las familias tienen que subsistir con únicamente 58 pesos al día, lo que hace inaccesible consumir productos de la canasta básica, la cual ronda en los 3 mil pesos.   

“Las familias yucatecas ya no pueden llevar una dieta balanceada, que incluya cereales, frutas y verduras, así como derivados de productos cárnicos, pues la mayoría de estos alimentos son inaccesibles”, dijo.   

La también directora de la clínica LigeraMente indicó que, al existir este desplome, se pone en evidencia que habrá una repercusión en la desnutrición, principalmente en la población infantil, inclusive datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) destacan que las cifras han aumentado en todo el mundo.   

Aseveró que en México la desnutrición está presente en 1 de cada 8 niños menores de 5 año en estados del sur, comunidades rurales, por lo que, al verse afectada la economía familiar, esta situación podría agravar estas cifras, por lo que se requieren de acciones inmediatas. 

Precisó que en Yucatán hay aproximadamente 8 casos de desnutrición al día, sobre todo en comunidades rurales, en las que se ha visto más afectada la economía a raíz de la crisis actual, lo que podría agravar las cifras si no se ponen en marcha acciones y estrategias para prevenir esta nueva pandemia.   

La especialista comentó que el país vive las dos caras de la malnutrición, por un lado, la población vulnerable padece anemia y desnutrición, y por otro, obesidad y sobrepeso. 

“Datos de la última encuesta señalan que 3 de cada 5 niños viven con obesidad y sobrepeso, entonces vivimos en un Yucatán en donde prevalecen estas enfermedades, y por otra parte la desnutrición y la anemia”, dijo.   

Resaltó que, debido a las condiciones económicas, no se puede garantizar una alimentación saludable, ya que no hay acceso a estos alimentos. “Muchas familias dejaron de tener acceso a los alimentos nutritivos, y solo pueden conseguir aquellos con poco valor nutricional, que impide a los menores tener un buen desarrollo y crecimiento, lo que podría afectar a su sistema inmune”, opinó. 

Reconoció que no hay datos actualizados de cuántos casos de desnutrición y anemia se tienen en la entidad; sin embargo, esta deficiencia de micronutrientes es un factor de riesgo, principalmente en infantes y mujeres embarazadas, ya que estas son enfermedades crónicas que generan daños irreversibles, que en el caso de los menores padecerán el resto de sus vidas, por lo que se pone en peligro el futuro de esta generación.   

“Yo creo que si se trabaja en equipo, gobierno, nutriólogos y sociedad, se podría prevenir un escenario más grave, y lograr una nutrición igualitaria con base en tres puntos: primero, hacer un censo en todos los hogares para tener un panorama adecuado, y de acuerdo con estos resultados se pueden tener indicadores de anemia, desnutrición, obesidad y sobrepeso”, detalló.   

Al tener estos indicadores, ya se podría diseñar dietas balanceadas, armar paquetes nutricionales, ya sean de los bancos de alimentos o donativos de la población, y armar brigadas con los nutriólogos, añadió.   

“Es necesario detectar la población vulnerable, para que lleguen los apoyos donde se requieran, tanto en calidad como cantidad para garantizar la seguridad alimentaria”, explicó. 

Como tercer punto, se podría hacer un esfuerzo con los gobiernos para reforzar la educación en nutrición, y para ello es importante la participación de madres y padres de familia, quienes son los responsables de su educación nutricional.   

“Que se transmita adecuadamente la dieta correcta, así como la promoción de la salud, y se fomente la importancia de consumir agua, y que las autoridades enfoquen sus esfuerzos en generar empleos, para evitar un desplome mayor en la economía, que genera carencia, y con ello inseguridad nutricional”, agregó. 

Desnutrición los hace propensos a contraer covid-19 

Precisó que una buena nutrición es parte esencial de la defensa de un individuo contra el covid-19, ya que las personas desnutridas tienen sistemas inmunes más débiles que los ponen en mayor riesgo de desarrollar enfermedades graves debido a este padecimiento. 

Al mismo tiempo, la obesidad y la diabetes están fuertemente relacionadas con las manifestaciones más severas de SARS-CoV-2, incluido el riesgo de hospitalización y la muerte.   

Explicó que las deficiencias de micronutrientes, conocidas como “hambre oculta”, tienen serias repercusiones en el desarrollo cognoscitivo, el crecimiento y la resistencia física de los menores, lo que reduce la resistencia a las infecciones. 

“Actualmente, México carece de un programa nacional consolidado y con recursos presupuestales para la prevención de la mala nutrición, capaz de contribuir a mitigar el impacto económico que la pandemia de COVID-19 tendrá en el estado de nutrición y salud desde los primeros años de vida de un niño o niña”, finalizó. 

Pandemia fomenta el sedentarismo   

La crisis actual ha desconectado a infantes de sus amigos, las comidas escolares nutritivas, así como los deportes y las rutinas, con el aprendizaje en casa, por lo que se ha fomentado el sedentarismo, y con ello han aparecido enfermedades como sobrepeso y obesidad en ese sector, pues en algunos casos consumen alimentos procesados y altos en calorías, además de que pasan mucho tiempo frente a la pantalla. 

Ante esto, los expertos recomiendan vigilar lo que comen sus hijas, e hijos, que sea una dieta adecuada, ayudarlos a enfrentar el estrés o ansiedad que pudieran presentar a causa de la crisis actual, crearles un horario para las comida y refrigerios, y apoyarlos en los hábitos alimenticios saludables. 

Los especialistas también aconsejan ponerlos en movimiento, y limitar el tiempo que pasan frente a la pantalla de televisor, tabletas y computadoras. 

Texto: Georgina Bacelis

Fotos: Cortesía

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