Grupos ambientalistas solicitan a los gobiernos reforzar la recolección del alga, pues no se retira lo debido
Un grupo de organizaciones ambientalistas y sociales de la Península de Yucatán participó hace unos días en la firma de la campaña “SOS: Nos hundimos en sargazo”, creada por la Organización No Gubernamental (ONG) Chance.org, para solicitar a las autoridades de todos los órdenes de gobiernos involucrados la atención inmediata para mejorar los procedimientos ya existentes que realiza el programa Estrategias para la Atención de Sargazo, de la Secretaría de Marina (Semar).
Organizaciones como Amigos de Sian Ka’an, Grupo Tortuguero del Caribe, Grupo Germa del Mayab y Yam Cuxtal A.C., por mencionar algunas, emitieron un comunicado advirtiendo que el mal manejo del sargazo es una clara violación a sus derechos humanos a un medio ambiente sano, el agua y a la salud, derecho que hace poco el Congreso Local de Yucatán validó al aprobar la Ley de Protección al Medio Ambiente del Estado.
“Los ciudadanos firmantes que conocen y viven la realidad, enfrentando la problemática de manera cotidiana, consideran que la cantidad de sargazo que la Semar recolecta es mínima en relación con la que arriba. El número de barcos con que se cuenta es insuficiente y no operan todos los días, la distancia cubierta por barreras de contención de sargazo cubre apenas el 1% de litoral”, señala textualmente el comunicado.
En este contexto, el director de la Unidad de Energía Renovable del Centro de Investigación Científica de Yucatán (Cicy), Raúl Tapia Tussel, explicó que el problema del sargazo afecta principalmente a la región peninsular en el plano turístico. Sin embargo, aseguró que también ya existen instancias e instituciones que están trabajando actualmente en crear alternativas para aprovechar este desecho marino como materia prima.
De acuerdo con el doctor, un ejemplo de esto último es el proyecto multidisciplinario dirigido por la doctora Rosa María Leal, quien ha demostrado que la presencia de metales pesados en el sargazo.
“Tiene una temporalidad en dependencia del tiempo y la época de arribo, ya que llegan en diferentes concentraciones”, destacó.
Lo anterior busca saber si los productos finales tendrán el mismo contenido de metales pesados que al momento en que llegan a las playas de la Península, especialmente las playas quintanarroenses, para que puedan seguir empleándose para la extracción de alginatos (fibras empleadas en la industria alimenticia) y fucoidanos (carbohidratos con aplicaciones en uso medicinal), y ser una fuente de energía renovable al generar biogás a partir del alga.
Texto y fotos: Diego Cervantes / Cortesía