Ixchel Amezcua Zúñiga, psicóloga clínica, explica que el suicidio en Ciudad Caucel es una llamado para ver lo que realmente sucede en la región
La violencia de género y los problemas de salud mental son dos temas que urgen atender, pues si estas situaciones no se ponen en la mesa, casos como el de la joven que se quitó la vida el fin de semana pasado serán más recurrentes, advirtió la psicóloga clínica Ixchel Amezcua Zúñiga, especialista en psicoterapia Gestalt.
Señaló que es tarea de las autoridades crear políticas públicas y acciones para prevenir y erradicar estos casos de violencia y suicidio, pero, sobre todo, capacitar a su personal con perspectiva de género y psicología clínica para que puedan contar con las herramientas necesarias para atender a personas que se encuentren en una situación extrema.
La entrevistada comentó que el suicidio ocurrido en Ciudad Caucel es un llamado para ver que sucede en la entidad y a ser más empáticos como ciudadanas y ciudadanos.
“Este fue un grito de auxilio que no fue escuchado, por lo que es necesario voltear a ver que su- cede en casa, generar puentes de empatía con las y los hijos para evitar que estos casos se sigan dando”, manifestó.
Destacó que el hecho de que esta mujer tomará la decisión de quitarse la vida y de cómo se manejó este caso en los medios de comunicación, demuestra una falta de empatía y sensibilización por parte de la sociedad.
La experta precisó que la pandemia, la falta de empleo y la violencia en contra de las mujeres ha originado que muchas personas presenten ansiedad o depresión que, si no se trata a tiempo, puede orillar a que está gente atente contra su propia vida.
“Me queda claro que esta mujer no salió de su casa con intenciones de matarse, fue un grito desesperado que no fue atendido a tiempo, llegar hasta la punta de esta torre de alta tensión es lo que tuvo que hacer esa mujer para hacerse escuchar”, expuso.
Amezcua Zuñiga resaltó que durante esta crisis actual muchas mujeres e infantes están viviendo violencia dentro de sus hogares, pues debido al confinamiento éstas permanecen encerradas con sus agresores, por lo que quienes tenían la intención de huir no lo pudieron hacer.
“Vino la crisis sanitaria y se quedaron sin empleo, por lo que se vieron en la necesidad de quedarse en casa con sus agresores, al no tener oportunidades de sobrevivir fuera de su hogar”, expuso.
Por último, consideró que además de campañas permanentes para erradicar estos casos de abuso y violencia sexual, y los suicidios, se necesita ser empáticos ante el dolor de las y los demás, estar al pendiente de lo que sucede alrededor de las colonias o localidades.
