Pocos jóvenes buscan ayuda para dejar las adicciones; hay que tocar fondo, señalan

Alex V., integrante de un grupo de rehabilitación, en el barrio de La Mejorada, considera que ellos son frágiles, porque no tienen la fuerza para dejar el vicio, es complicado reconocerse como enfermos

Pese al aumento del consumo de alcohol entre los jóvenes, en promedio al mes sólo dos buscan ayuda en el Grupo Jóvenes Mérida Alcohólicos Anónimos, que permanece abierto las 24 horas al día.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en América Latina, el primer lugar por consumo de alcohol lo ocupa Chile con el 9.6 litros per cápita, mientras que México está en el décimo con 7.2 litros per cápita.

Al respecto, Alex V, integrante de un grupo de rehabilitación ubicado por el barrio de La Mejorada, declaró que para ellos es complicado reconocer que están enfermos y que necesitan ayuda, por lo que en muchas ocasiones tienen que tocar fondo, para darse cuenta que son débiles y que en ese lugar encontrarán esa fuerza para cambiar sus vidas.

Consideró que ellos son frágiles ya que no tienen la fuerza de voluntad para dejarlo, incluso, se define como la “oveja negra” de su familia, ya que de sus cuatro hermanos, él es el único que bebió y se drogó.

“Hay quienes señalan que es ambiental y no creo que sea así, en mi caso mi papá tomó, pero no fue crónico como yo”, indicó, el joven, quien tiene siete años de beber.

Recordó que él comenzó a drogarse en Jalisco, desde los nueve años de edad, con cristal y luego lo combinó con el alcohol. “Afortunadamente el cristal que hacen por allá al parecer no es tan agresivo que el que realizan en este lugar, porque he escuchado que el de aquí es muy adictivo”.

Explicó que son contados los jóvenes que llegan a rehabilitarse ya que prácticamente los traen sus familiares, quienes buscan esta opción, pero es muy difícil que funcione porque en ese centro son de puertas abiertas, no se le obliga a nadie a estar, es terapia de tribuna y hay quienes optan por salirse.

En tanto, Antonio V., quien es originario de Yobaín, indicó que él es una de las contadas excepciones que sus familiares lo llevaron y logró quedarse, aunque reconoció que al día siguiente se escapó.

Señaló que su problema es que un tío le regalaba la droga ya que él la vende y eso propició que se vuelva adicto, “no te cuesta, pero toqué fondo ya que a los 18 años vivía en un lote baldío, prefería tomar a comer y presenció una riña donde mataron a otro bebedor”.

Agradeció la preocupación de sus papás, quienes desesperados buscaron un lugar donde se le apoye y fue como dieron con el centro. “También el psiquiatra del hospital O’Horán, tuvo un buen diagnóstico y dijo que lo que necesitaba era un centro de atención”.

Este lugar es el único en todo el estado que es gratuito y apoyan tanto a alcohólicos como drogadictos.

Alex V. explicó que la base de la terapia es igual a los Alcohólicos Anónimos, porque en generla tienen un problema emocional, en lo que coinciden ambas enfermedades.

Texto y foto: Darwin Ail

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