Mañana es el Día Internacional del Síndrome de Down, lo que representa una oportunidad para reconocer la dignidad y las aportaciones de las personas con esta condición
Mañana lunes 21 de marzo, además de que se celebra el inicio de la Primavera, el Natalicio de benito Juárez, el Día de la Guayabera y el Día Internacional del Títere, también se conmemora el Día Internacional del Síndrome de Down, lo que representa una oportunidad para reconocer la dignidad inherente y las valiosas aportaciones que personas con esta condición de vida, que realizan como promotores del bienestar y diversidad en sus comunidades, y también para resaltar la importancia de su autonomía e independencia individual, en particular la libertad de tomar sus propias decisiones.
Esto es algo que poco a poco, con ayuda de su familia y en particular de su padre, ha logrado Jose Miguel Calderón, un joven de apenas 21 años de edad con Síndrome de Down, quien hoy tiene a su cargo la Empresa M21, dedicada a la elaboración de macarrones, un dulce o postre francés muy fino, con rellenos de chocolate, vainilla, lima yucateca y horchata, que se han ganado ya un lugar en el gusto de los meridanos.
El macarrón es un dulce de diseño con una estética y color llamativo, explica Herbe Calderón Romero, quien nos comenta que precisamente el 20 de marzo, es el Día Mundial de esta especialidad que se prepara con harina de almendras.
M21 (que representa la M de Miguel y el 21 que hace alusión al trastorno genético de los cromosomas del par 21 que provoca retraso intelectual y del desarrollo característico del Síndrome de Down), y que cumple mañana su primer año de existencia, la cual tiene su razón de ser, para lograr la integración de José Miguel a la parte laboral.
“Después de que concluyó sus estudios de preparatoria, los psicólogos no nos recomendaron que entrara a la Universidad, que era importante integrarlo a otras actividades, y fue entonces que decidimos crear este proyecto en el que nos ha enseñado mucho de sus capacidades, por ejemplo, haciendo mezclas perfectas de los ingredientes”, explica Herbe, quien destaca la manera en que José Miguel se relaciona con sus compañeros y con quienes llegan a recoger sus pedidos de macarrones.
En la actualidad, José Miguel cuenta con muchas habilidades que le permiten hasta cierto punto valerse por sí mismo, y para su padre es un orgullo que sea capaz de ir con su lista de ingredientes al súper y pagar con su tarjeta, mientras que él lo espera en el auto, lo ha dejado ser y hoy tiene un futuro diferente y prometedor.
Más allá de la empresa, Herbe y José Miguel son los mejores amigos, que disfrutan ir de paseo, a jugar golf y hasta a bucear, “la clave de esto es darle un trato igual que a cualquier persona, permitiéndole romper barreras y que entre poco a poco a la vida real, enseñándole a resolver problemas”, explica su padre, quien desea que más familias con hijos con Síndrome de Down, les permitan también desarrollarse plenamente.
“Soy muy feliz viendo como José Miguel convive con sus compañeros, que lo tratan como una persona normal y que lo quieren, porque han comprendido que es el Síndrome de Down, disfruto de su compañía de verlo contento, trabajando o mejor dicho disfrutando hacer lo que le gusta, verlo madurar”, dice convencido, y que expresó su deseo es que más personas con esta condición de vida se atrevan a seguir el ejemplo de su hijo y a ser cada día más autosuficientes.
De hecho la idea es que M21 siga creciendo y que pueda ofrecer más espacios de trabajo a personas con Síndrome de Down, por lo pronto en los próximos días se debe sumar al equipo de José Miguel una jovencita con esta condición de vida.
M21 tiene un nuevo menú y abrirá su primera tienda boutique cerca del Instituto Cumbres.
Texto y fotos: Manuel Pool