Monseñor Gustavo Rodríguez señala que la Cuaresma es un tiempo de conversión al Señor y el llamado es para todos, en especial para quienes ejercen violencia en el mundo
El arzobispo de Yucatán, monseñor Gustavo Rodríguez Vega, declaró que, tal como se anunció el pasado viernes 25 de marzo, en la solemnidad de la Encarnación del Verbo de Dios, el Papa Francisco realizó la dedicación de Rusia y de Ucrania al Inmaculado Corazón de María.
“Todos estamos deseosos de que vuelva la paz y que dejen de sufrir nuestros hermanos en Ucrania, ya que al momento hay muchos muertos y heridos, otros tantos que han quedado sin hogar y teniendo que huir a los países vecinos”, expresó.
Señaló que la Cuaresma es un tiempo de conversión al Señor y el llamado es para todos, tanto para el presidente de Rusia, Vladímir Putin, así como para todos los que ejercen violencia en el mundo.
“La guerra y todas las violencias vienen del maligno, mientras que la paz viene de Dios. Donde hay paz, ahí está el Señor”, enfatizó.
“La guerra significa mucho dolor, grandes pérdidas materiales, pero, sobre todo, numerosas pérdidas de vidas humanas. También del lado de Rusia ha habido pérdida de vidas y múltiples daños morales. De igual manera esto origina crisis económicas en todo el mundo y, sobre todo, el temor de que se desate una tercera guerra mundial”, continuó.
Rodríguez Vega indicó que aquí en Yucatán, al igual que en todas las diócesis del mundo, los obispos y todos los sacerdotes con los fieles, se han unido con el Santo Padre, el Papa, en su oración de consagración de estas naciones al Inmaculado Corazón de María.
Dijo que en el cuarto domingo del tiempo de Cuaresma, llamado “Laetare”, significa “alégrate”, el cual viene a recordar que, por más austeridad y sacrificios que se hagan durante este tiempo, el espíritu debe permanecer alegre, pues la gente se prepara para la gran fiesta de la Pascua, que se va acercando.
“El santo evangelio de hoy, según san Lucas, nos cuenta la historia de dos jóvenes hermanos y de su padre. Se trata de la parábola del Hijo Pródigo, que es considerada por muchos como la página más bella de la Sagrada Escritura, e incluso algunos la llaman la página más bella de toda la literatura universal”, dijo.
El contexto en el que contó Jesús esta narración fue la crítica que le hacían los fariseos y escribas porque lo veían convivir y comer con los pecadores. En realidad hubo otras dos parábolas sobre la misericordia de Dios, previas en este mismo pasaje, siendo la tercera la del “Hijo Pródigo”.
“Esta parábola es muy apropiada para escucharla y reflexionarla en este tiempo de Cuaresma, porque si somos ahora llamados a la conversión, nuestra respuesta a este llamado es a partir de la confianza de encontrarnos con un Dios misericordioso. Jesús trata a Dios como a su Padre, y ésta será una de las acusaciones que lo llevarán a la muerte”, reflexionó monseñor.
Además también reveló que Dios es nuestro Padre, enseñándonos a llamarlo así en la oración del “Padre nuestro”. Es cierto que hay muchos padres desnaturalizados y otros que están aún muy lejos de reflejar el amor del Padre Celestial, sin embargo el amor de los buenos padres por sus hijos es el mejor reflejo del amor de nuestro buen Padre Dios aquí en la tierra.
“Dios nos creó libres, y ese es el mayor regalo que nos dio, pues ser buenos a la fuerza no tendría ningún mérito, ni es propio de una persona. La libertad nos define como seres humanos, en cambio, la privación de la libertad es el mayor castigo, el mayor atentado contra la dignidad humana, como en el caso del secuestro”, finalizó.
Texto: Darwin Ail
Foto: Cortesía