Yucatecas tienen menos hijos

·El Consejo Estatal de Población reporta que la tasa global de fecundidad descendió en el estado a 1.86 vástagos por mujer

·Abuelas que por azares del destino tienen que educar a sus nietos: el caso de doña Ligia Canto Lugo

El 10 de mayo también suele celebrarse a unas madres especiales, como es el caso de las abuelas que por azares del destino tienen que educar a sus nietos ante la ausencia de una progenitora. Es el caso de Ligia Canto Lugo, quien tiene la labor de reemplazar a la mamá ejemplar que fue su hija Emma Gabriela Molina Canto.

“El amor ha sido la clave, hemos optado por concentrarnos en el presente, no tiene caso pensar en el pasado, no podemos estancarnos, se dice fácil, pero siento que lo estamos logrando”, comentó.

Como se sabe, su hija Emma Gabriela fue madre de tres hijos y quien luego de un divorcio con el político Martín M. S., oriundo de Tabasco, su vida se volvió un infierno, hasta que, finalmente, dos personas originarias de dicho estado la mataron en la entrada de su casa en Mérida.

La ahora fallecida y Martín M. S., quien actualmente se encuentra preso en un penal tabasqueño, libraron un pleito legal por la guarda y custodia de los hijos.

Doña Ligia relató que su hija, para compensar el desgaste del pleito, se entregó a sus hijos y siempre quiso que estuvieran ocupados en actividades. 

“Son chicos que tienen una vida diferente, y hasta es más caro para nosotros, ya que tienen que estar custodiados, no pueden viajar en camiones. De pequeños la casa de su mamá era el centro de reuniones con sus amigos, pero a raíz del crimen todo eso ya no existe, es lógico, los papás de sus amigos actúan con precauciones, así que los amigos son contados”, relató a Peninsular Punto Medio sin poder evitar las lágrimas.

Dijo que ellos aprendieron a valorar entre la carencia y la opulencia de amor, “con su papá se tenían que estar cambiando, no sólo de escuelas, sino hasta de estado, en poco tiempo no puedes consolidar amistades en los colegios”, destacó.

Explicó que están saliendo de deudas y que su esposo tuvo que hacer un préstamo para pagar fianzas, amparos y abogado. “Desde que mataron a mi hija y me dieron a mis nietos, Martín M. no ha dado un peso, pero sí tiene para pagar un equipo de abogados”, manifestó.

Canto Lugo comentó que una gran ventaja es que sus nietos son estudiosos y disciplinados. “Su mamá estuvo becada desde el segundo año de secundaria y representó en varias ocasiones al Instituto Tecnológico de Mérida en diferentes concursos. Uno de mis nietos obtuvo un premio nacional, eso ayuda mucho. No hay que estarles repitiendo que hagan las cosas”, contó.

La entrevistada reconoció que algo que se le complica en ocasiones es cuando sus nietos requieren asesoría, como, por ejemplo, de inglés y que ella no sabe, por lo que tiene que recurrir a un maestro particular y esto cuesta.

Asimismo, dijo que está consciente de la brecha generacional entre ella y sus nietos. “Nada más escucho sus gustos, pero hay un puente grande, que es el amor y ese no cambia, que combino siempre con un lenguaje positivo; ellos son de trabajar en equipo, los fines de semana ya se pusieron de acuerdo con las palomitas, las películas que verán, la pizza”, contó.

Sin embargo, reconoció que hay cosas que ella no puede realizar como, por ejemplo, ir al cine. “Entonces le digo a sus tíos que los lleven, en ocasiones se te baja la pila, pero agradezco a Dios que siempre me bendice y me da fuerza”, añadió.

Cuestionada sobre el hecho actual de que los teléfonos celulares y otros dispositivos se han convertido en “cuidadoras de hijos”, reveló que el secreto que ella tiene es que, cuando les da esos aparatos les aclara que no son de ellos, “que son míos y en el momento que vea que están abusando de su uso, me los tienen que devolver”.

Finalmente, sobre lo que hace el 10 de mayo, mencionó: “Ese día doy gracias a Dios por darme felicidad, de ser madre, de la felicidad de haberla tenido conmigo (su hija Emma Gabriela), cerramos el círculo para arroparla. Agradezco el ejemplo que les dejó, por haber sido tan valiente, no recordaré su muerte, sino como fue en vida y a Dios por permitirme tener a mis nietos a mi lado”, expresó.

Cada vez con menos hijos

A propósito de la conmemoración del Día de las Madres, las cifras muestran que cada vez las mujeres tienen menos hijos. En este sentido, la tasa global de fecundidad arroja que una mujer, al final de su vida reproductiva en el año 1999, tuvo en promedio 2.86 hijos y para el año 2020 bajó a 1.88. En el caso de Yucatán la tasa global de fecundidad descendió a 1.86 hijos por fémina.

De acuerdo al Consejo Estatal de Población (Coespo), que dirige Tonatiuh Villanueva Caltempa, el comparativo de las tasas de fecundidad por grupos de edad en mujeres en edad fértil, de 15 a 49 años, dan a conocer que en Yucatán, las tasas de fecundidad en mujeres en edad temprana de 15 a 19 y de 20 a 24 años, están por debajo de la media nacional en 2.5 puntos. 

Los grupos de edad que presentan mayores niveles de fecundidad son mujeres de 25 a 29 años con una tasa de 102.4 hijos por cada mil mujeres; el de féminas de 30 a 34 años con 77.7 hijos por cada mil, y el de mujeres de 40 a 44 años, con 15.3 por cada mil mujeres.

En Yucatán, los promedios de hijos vivos de las mujeres de la entidad, por grupos de edad, se ubican por debajo de la media nacional con la excepción del grupo de 55 a 59 años de edad, que muestra un incremento mínimo en Yucatán de 0.01 puntos.

La estructura de la situación conyugal de las mujeres yucatecas, de 15 años a más, con al menos un hijo predomina en 58.4% de las casadas (incluye por el registro civil, religiosamente y ambos), 10.5 puntos más que la media nacional.

La población ocupada de mujeres en edades de 15 años a más con hijos, en Yucatán, ascendió a 338 mil 323, en tanto que las que no tienen hijos registra a 151 mil 262. Se destaca que las féminas de menor edad tienen una menor cantidad de hijos, o bien, no los tienen, mientras que las de una mayor edad cuentan con más hijos y, en general, es más frecuente que tengan desde un vástago. Esta situación se ve acentuada por el cambio cultural en los últimos años, en donde hace apenas unas décadas era común procrear una gran cantidad de hijos, mientras que, en la actualidad, las mujeres han decidido tener menos e incluso no tenerlos.

Texto y fotos: Darwin Ail