Datos del Inegi revelan que seis de cada 10 yucatecos obtienen ingresos mediante actividades vinculadas a este tipo de economía
Con motivo del pasado Día Internacional del Trabajo publicamos en Peninsular Punto Medio un especial sobre la fuerza laboral calificada con la que cuenta Yucatán, de cara a las nuevas inversiones nacionales y extranjeras que se han anunciado recientemente para el estado, y de momento el escenario se vislumbra positivo y en ascenso, con lo cual se espera un abatimiento importante de la economía informal en el estado.
Las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) son contundentes: seis de cada 10 yucatecos logran sus ingresos mediante actividades vinculadas a la economía informal, la cual se entiende como aquella en la que las condiciones laborales no siguen un marco legal, y aún con lo ilegal que suena esto, si no fuera por ella, los países con economías en desarrollo o emergentes, como la nuestra, tendrían mayor precariedad, pobreza y desigualdad. Sin embargo, esta misma situación frena las posibilidades de productividad y desarrollo económico.
Dentro de las actividades económicas informales destaca el comercio ambulante. De acuerdo con la base de datos DataMéxico de la Secretaría de Economía, en México para el cuarto trimestre de 2021, la fuerza laboral de vendedores ambulantes durante el cuarto trimestre de 2021 reportó ser de 15 millones 700 mil personas, cuyo salario promedio alcanzó un monto de 3 mil 440 trabajando alrededor de 34 horas a la semana.
Asimismo, DataMéxico reportó que las entidades que mejores salarios percibieron como vendedores ambulantes son Baja California Sur, con 7 mil 340 pesos; Tabasco, con 6 mil 510 pesos; Nuevo León, 6 mil 100 pesos, mientras que los estados con mayor fuerza laboral empleada en el comercio ambulante son: Estado de México con 33 mil 200 trabajadores; Ciudad de México, con 15 mil 100 y Veracruz, 11,600.
En el caso de Yucatán, DataMéxico estima que cerca de mil 820 personas son vendedores ambulantes, y perciben en promedio un salario de 3 mil 770 pesos mensuales. Asimismo, dentro de la tasa de empleabilidad informal que guarda el estado del 62.1%, los vendedores ambulantes contribuyen con el 2.5% del total de esta fuerza laboral.
Otro dato que nos pone sobre la mesa DataMéxico es la relación que guarda el salario con la escolaridad y el género. Por ejemplo, advierte que en el caso de aquellos que cuentan con bachillerato trunco o concluido. En el primer caso pueden obtener salarios entre 5 y 7 mil pesos, y el segundo cerca de los 4 mil pesos, la diferencia es de 3 mil pesos entre el pico más bajo y el más alto.
En el caso de las mujeres, la escolaridad no es un determinante para la percepción salarial como vendedora ambulante, como si lo es en el caso de los varones. El salario que percibe una vendedora ambulante oscila entre los mil 800 pesos y los 3 mil 400 en promedio, lo que marca una diferencia entre el pico más alto y el más bajo de mil 600 pesos. En este sentido, las mujeres, aún en su percepción salarial más alta, se encuentran 10% abajo de lo que menos reciben los varones como vendedores ambulantes, lo que demuestra en este ámbito la inequidad salarial.
En cuanto a la relación de la edad, género y salario DataMéxico da a conocer tanto en hombres y mujeres, que quienes tienen entre 35 y 44 años son los que perciben mejores salarios como ambulantes.
En Peninsular Punto Medio nos dimos a la tarea de analizar el alcance económico que genera el ambulantaje, a partir de la producción y venta de kibis desde la informalidad y formalidad.
El presente ejercicio se hizo mediante la información detallada que nos proporcionaron dos empresarios que producen y venden este producto, uno desde la informalidad y el otro dentro de los cánones que marca la ley.
Jornada laboral
En el caso del empresario que trabaja desde la informalidad declaró tener 30 puestos ambulantes, que opera de lunes a sábado de las 7:00 hasta las 14:30 horas, mientras que el establecido mantiene un horario de 8:00 a 16:00 horas. Este último trabaja media hora más.
Número de trabajadores y salarios
El empresario formal cuenta con seis trabajadores a los cuales les paga 5 mil 900 pesos mensuales, a lo que le suma $1,117 por concepto de Seguridad Social (Imss). En total paga por concepto de salarios 42 mil pesos mensuales. El informal cuenta con 30 empleados a quienes paga 4 mil 200 pesos mensuales, lo que suma un total de 126 mil pesos por concepto de salarios.
Si bien es cierto que el empresario informal emplea 66% más personas que el formal, este paga a sus trabajadores, en términos de salario neto, 28.8% más que el informal, además de brindarles seguridad social.
Ventas
De acuerdo con el empresario no formal, cada uno de sus empleados vende en promedio 800 pesos diarios, lo que suma 24 mil pesos diarios, 576 mil pesos mensuales, mientras que el formal vende en promedio vende 8 mil pesos diarios, 208 mil pesos mensuales, lo que significa un 36% menos que el informal.
Ganancias
El empresario informal declaró obtener un 30% de ganancias sobre sus ventas, esto es 176 mil pesos mensuales, mientras que el formal, el 21%, nueve puntos porcentuales menos que el informal: 43 mil 680.
Estas diferencias tan marcadas entre la economía formal e informal hacen que la primera no pueda avanzar sobre el terreno de la segunda. El ambulantaje en Yucatán no representa un porcentaje significativo dentro del 62% del sector informal, pero sí es una muestra del alcance de la economía informal, pues es una salida para obtener un salario principal o complementario, y aun cuando sus ganancias han enriquecido a muchos, son los menos y sigue estimulando la precarización de los empleos.
Empleos formales
De acuerdo con un estudio de la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (Cepal), el 56% de los municipios en Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán se encuentran en riesgo de informalidad, mientras que un estudio reciente del Centro de Estudios Espinoza Yglesias (Ceey) concluyó que los jóvenes que nacieron en la zona sur de México tienen 36% menos posibilidades de que su primer empleo sea formal, aunque tengan estudios de nivel superior.
“La informalidad laboral está extendida y arraigada en la economía. Basta que las condiciones de origen sean algo desfavorables para que los jóvenes entren al mercado laboral a través de un empleo informal y queden atrapados en círculo vicioso de empleos precarios”, apunta el Ccey.
Mérida es una de las ciudades en las que más fácilmente se puede abrir una empresa con todas las de la ley, según José Luis Martínez Seremena, director de Desarrollo Económico y Turismo del Ayuntamiento de Mérida, quien en días pasados, en un evento de la industria mueblera, dijo que bastaban tres días para hacerlo, y que pronto habrá créditos de hasta 5 millones de pesos para las pequeñas y medianas empresas.
Si este escenario es así, que es el que se requiere para avanzar, es necesario que venga condicionado a la contratación formal de los trabajadores, porque la informalidad laboral no desaparece porque la empresa pague impuestos; de ahí la complejidad del tema.
Texto: Lorena González
Fotos: Agencias