Los que critican

Jhonny Eyder Euán
jhonny_ee@hotmail.com

Una semana normal en la vida de Emiliano—el de cabello blanco—implica ir a dos o tres cafeterías durante el día y a algunos bares por las noches para beber un trago o escuchar música en vivo de bandas que se tiran buenos covers de Nirvana o Aerosmith. Es una rutina de lo más normal, aunque también inspira odio, mucha antipatía.

Durante las mañanas recorre los parques con su bicicleta y desayuna antes de que salga el Sol. Trabaja mucho y a las cinco de la tarde llega al gimnasio y no se va hasta acabar con todas las rutinas. Luego, regresa a su departamento para leer un poco de las redes sociales.

Emiliano hace cosas normales de un tipo de más de 30 años. Una que otra vez regresa a casa hasta las cuatro de la mañana porque se puso bueno un concierto o una fiesta, pero todo bien, para esas ocasiones siempre está preparado con mucha cafeína en la alacena.

Como suele pasar cuando se tiene constante actividad en las redes sociales, lo que Emiliano hace no siempre pasa desapercibido. Mejor dicho, nunca es ignorado. Por eso es que hay gente que le tiene odio, personas cercanas a su entorno que le recriminan su libertinaje.

Lo malo para ellos es que se equivocan. Critican la vida de Emiliano por mera envidia, ya que se sienten atados a circunstancias que ellos mismos ocasionaron o no detuvieron cuando podían.

Qué culpa tiene el treintón de cabello de blanco llamado Emiliano, de que ellos hayan decidido no usar condón y ahora no puedan dormir por los llantos de sus pequeños gemelos. Qué culpa tiene él de que los otros hayan elegido como pareja a una mujer divorciada e infeliz con hijos que no paran de hablar de su papá.

Emiliano pensaba venir a la casa para tomar unas copas. Sin embargo, tuve que cambiarle el plan porque hoy en mi casa habrá muchos de ellos que lo juzgan y hasta nos tachan de homosexuales por nuestra “anormal” amistad.

Emiliano es buen tipo, lástima que ellos lo consideren igual que los demás, es decir, un mexicano débil que no puede comerse un chile habanero, disparar un revólver ni pasarse el tequila como agua por la boca; uno de esos sujetos que no tienen futuro, dinero ni buenas intenciones.