Salvador Castell-González
El jueves pasado fue un día fabuloso y triste al mismo tiempo, tal cual tragicomedia medieval hubo fuertes motivos para celebrar y deprimirnos al mismo tiempo, un ambiguo sentimiento que es difícil de explicar.
Por un lado, el día 28 de julio se aprobó en la asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el “Derecho a un ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible”. Y pues yo sé que hace unos meses escribir justo de este tema, que ya la ONU por fin había reconocido este derecho humano.
Lo que ocurrió fue que la Asamblea General que es el órgano máximo de la ONU, sometió a votación de todos los países el reconocimiento de este derecho, siendo aprobado por mayoría y con algunas abstenciones que resultaron un poco obvias, el reconocimiento del 8 de octubre del 2021 fue en el organismo de Derechos Humanos que depende de la ONU, pero es un órgano inferior a la Asamblea General, con este reconocimiento esperamos que al ser obligatorio y jurídicamente vinculante sea mayor el esfuerzo que su cumplimiento.
También, el mismo 28 de julio se anuncio el Día del Sobregiro del Planeta, esto significa que los recursos de todo el año ya nos los acabamos en menos de siete meses, los siguientes cinco nos encontramos en déficit.
Este día del agotamiento de recursos es distinto para todos los países y se calcula mediante la cantidad de recursos que consume un país de acuerdo con sus usos y costumbres. El día del sobre giro del planeta para México es el 31 de agosto.
Este día del sobregiro se ha ido adelantando constantemente desde 1971 que comenzó a calcularse siendo la primera vez calculado en diciembre. Los países con peor huella ecológica son Qatar (10 de febrero), Luxemburgo (14 de febrero), Canadá, Emiratos Árabes y Estados Unidos de América (13 de marzo).
Pero también hay países que son mas sostenibles, tenemos algunos ejemplos como: Jamaica (20 de diciembre), Ecuador (6 de diciembre), Indonesia (3 de diciembre).
La realidad es que estamos haciendo un uso irracional y suicidad de los recursos naturales, destruyendo nuestros ecosistemas, afectando drásticamente la biodiversidad, contaminando nuestros mares, suelos y atmosfera.
Ojalá prestáramos más atención a días como el 28 de julio y le diéramos importancia a lo que ocurre a nuestro planeta que, hasta hoy, tenemos sólo uno, no hay planeta B.
Los invito a ser una sociedad activa y mucho mas participativa, consciente de nuestro impacto, de nuestra huella ecológica y cambiar nuestros hábitos. Debemos caminar hacia la sustentabilidad, cada vez es mayor la cantidad de personas que sufren los embates de la crisis climática, nos estamos suicidando de manera colectiva, de una lenta y triste manera.
Este 28 de julio fue triste y esperanzador al mismo tiempo, es cuestión de nosotros como sociedad decidir si es la antesala de nuestra extinción o el principio del camino hacia la sostenibilidad. ¿Cuál es tu decisión?