La mala hierba que puede ser una superplanta ante la sequía

La verdolaga ofrece pistas cruciales para crear cultivos resistentes a la falta de agua, según un nuevo estudio

La verdolaga es tan común que hasta es consumida en algunos países en sopas o ensaladas. Pero pocos sospechan que esta planta, considerada en algunos sitios una mala hierba o maleza, tiene habilidades extraordinarias.

Portulaca oleracea, conocida comúnmente como verdolaga, ofrece pistas cruciales para crear cultivos resistentes a las sequías, según un nuevo estudio de científicos de la Universidad de Yale, en Estados Unidos.

El secreto está en la forma singular en que realiza uno de los procesos más importantes para la vida en el planeta: la fotosíntesis.

“Portulaca oleracea es una planta muy resistente, capaz de crecer en una variedad enorme de ecosistemas, incluyendo zonas cálidas y secas”, señaló a Jose Moreno-Villena, el autor que lideró el nuevo estudio publicado en la revista Science Advances.

“Probablemente muchos de los lectores han visto crecer esta planta en grietas en las aceras de sus calles o como plantas adventicias en los jardines (…) si bien pasa desapercibida, la verdolaga es rica en vitaminas, minerales y antioxidantes que la hacen un ingrediente perfecto para acompañar comidas”, agregó.

Y la planta es utilizada además en medicina tradicional china: “su uso está ganado cada vez más popularidad a nivel mundial”.

Moreno-Villena y sus colegas venían estudiando la verdolaga porque no solo es resistente a sequías prolongadas sino que crece rápido.

“Estos dos rasgos rara vez van unidos”, señaló el investigador.

Fotosíntesis

“La fotosíntesis hace posible la vida tal y como la conocemos en la Tierra”, explicó Moreno-Villena.

“Es el proceso que permite a las plantas almacenar energía proveniente del Sol y convertirla en alimento (…) este proceso no solo sustenta a plantas y animales en ecosistemas de todo el mundo, sino que también libera oxígeno a la atmósfera, a la vez que secuestra CO2 o dióxido de carbono”, agregó.

La mayoría de las plantas utilizan un tipo de fotosíntesis llamada C3, que funciona perfectamente cuando hay agua en abundancia. Sin embargo, donde las lluvias escasean y las temperaturas son elevadas, este tipo de fotosíntesis no funciona bien, y el crecimiento y supervivencia de las plantas se ven comprometidos.

Para solucionar ese problema algunos grupos de plantas evolucionaron las llamadas fotosíntesis C4 y la fotosíntesis CAM, desarrollando un conjunto de rasgos anatómicos y bioquímicos diferentes que permiten la producción de alimento sin necesitar tanta agua.

Por ejemplo, plantas de crecimiento rápido comoel maíz y la caña de azúcar desarrollan fotosíntesis C4, que permite a la planta seguir siendo productiva bajo altas temperaturas.

Las plantas suculentas, en cambio, como el agave o el cactus, realizan fotosíntesis CAM. “Es el caso por ejemplo de los cactus Saguaros en el desierto. Estas plantas se caracterizan por un crecimiento muy lento. Dejan parte de su metabolismo para la noche cuando la temperatura es más baja, reduciendo así la pérdida de agua”.

Una planta diferente

Lo que hace extraordinaria a la verdolaga es que posee ambas adaptaciones evolutivas al mismo tiempo, C4 y CAM, y están “totalmente integradas”.

“Hasta ahora era un misterio como ambos tipos de fotosíntesis podían funcionar dentro de una misma hoja. Nuestros estudios demuestran que estos dos sistemas funcionan en los mismos tipos de células y comparten parte de ‘la maquinaria’ bioquímica, lo que permite su integración”, indicó.

Moreno-Villena y sus colegas esperan usar en otras plantas la misma tecnología novedosa de este estudio.

“Las plantas tienden a evolucionar rasgos repetidamente y especulamos que puede haber muchas otras especies con esta adaptación”, afirmó el científico.

Existen cerca de 390 mil especies de plantas conocidas, cada una con rasgos diferentes y variaciones metabólicas y genéticas que les permiten prosperar en su ambiente.

Texto y fotos: EFE / Agencias