Doña Eloína Aké Chay, acompañada de sus hijos José Alberto y Wilma, es famosa en el centro de Mérida por su buen sabor
Después del desfile, ayer por la mañana, los pasillos del mercado Lucas de Gálvez estuvieron repletos de familias que, para recargar pilas, disfrutaron de los tacos de lechón y cochinita de “La Tía”, uno de los puestos más famosos y recomendados de todo Mérida por su buen sabor.
Al igual que hace ya casi medio siglo, doña Eloína Aké Chay, acompañada de su hijo José Alberto, llega a su puesto desde las dos y media de la mañana, y en un ratito están listos para atender a quienes después de concluir sus labores o después de salir de la fiesta acuden a comerse una tortita para irse luego a descansar.
Y aunque el puesto cierra por lo general al mediodía, los que saben dicen que es a las dos o tres de la mañana cuando las tortas o los taquitos saben mejor y caen muy bien, imagínese usted el aroma que despide la cochinita o el lechón apenas destapan la lata.
La textura suave de la carne y el adobo en su punto son algunas de las razones por las que este local se ha convertido en un ícono para el público que no tiene inconveniente en comer en un banquito, pues por lo general las pocas mesas que hay están ocupadas.
Y así como en la madrugada acuden con “La Tía”, meseros y gente que sale de la fiesta también visitan frecuentemente el lugar desde chefs famosos hasta políticos y artistas, como alguna vez lo hizo Margarita “La Diosa de la cumbia” y el grupo Molotov, dice José Alberto, quien es el encargado de preparar los tacos, mientras que su hermana Wilma se encarga de atender a la clientela.
Se trata de un negocio familiar, que conserva el mismo sabor de antaño con los ingredientes especiales de “La Tía”, y eso es lo que le gusta a la clientela, que a través del sabor hace un viaje al pasado, recordando su niñez o a alguien que ya no está y con quien acostumbraba comer aquí.
Y para darle más sabor al asunto, podemos mencionar la manera en la que el amigo Cecilio Góngora, “Balín”, pregona la cochinita llamando a todos “Primo”, y cuyas atenciones a la clientela son muy apreciadas y reconocidas. Sin duda que con “Balín” es imposible que usted pase por el lugar y no voltee a ver.
Es por eso que comer con “La Tía” es toda una tradición, comenta una de las comensales, quien asegura no tiene comparación comerse una torta de cochinita con un francés dorado y acompañado de su cebollita y su chile habanero, y si es de lechón con su respectiva crujiente cascarita.
Así es que aunque ya hay muchas tías famosas, como la de Kaua y la de San Pedro Noh Pat, la del mercado Lucas de Gálvez es la indicada cuando de cochinita y lechón hablamos.
Texto y fotos: Manuel Pool