El Cochecito de Chuyito da oportunidad de ingresos económicos a una familia

Tras quedarse sin trabajo, los ex compañeros de don Jesús le pidieron que les lleve tortas para vender y así apoyarlo, y con el paso del tiempo logró consolidar el negocio al comprar un remolque

A don Jesús no se le cerró el mundo cuando quedó cesante en su trabajo, y sus ex compañeros del Centro de Convenciones para apoyarlo le siguieron pidiendo que les llevara tortas para venderles. Así comenzó hace tres años la historia de “El Cochecito de Chuyito”.

“Comenzamos con 10 tortas de asado y 10 de huevo con chorizo o jamón”, dice don Jesús Armando Pérez Castillo, quien explica que por llevar en su automóvil de color rojo su venta, la gente al verlo llegar por las mañanas a la calle posterior del Siglo XXI decía: Ya llegó el “cochecito rojo”.

Así lo identificó la gente y cuando hubo la oportunidad de comprar un remolque, junto con su esposa, Patricia Rodríguez Casanova, decidieron mantener el nombre y ampliar su oferta gastronómica que hoy incluye hasta órdenes de chilaquiles y desayunos con huevos a la orden, hot cakes, crepas y frutas.

La idea de vender comida inició por el hecho de que en la zona, donde hay numerosas dependencias y oficinas, no hay lugares cercanos para comer, así es que la propuesta de “don Chuyito” cayó como anillo al dedo, y más porque si no tienen tiempo de ir hasta su “Food Truck”, pueden pedir por teléfono su pedido y en unos momentos se le entrega personalmente.

En el menú figuran las tortas de pierna que están disponibles solo los viernes, sus nutri sándwiches con queso panela, jamón de pechuga y pan integral, y las tortas o sándwich club, que son de las favoritas del público que por las mañanas puede disfrutar de café americano, de olla, capuchino y hasta té caliente.

La comida que se vende en “El Cochecito de Chuyito” tiene un sazón muy especial ya que a doña Paty,  que es originaria de Muna, le enseñó a cocinar su mamita, doña Consuelito Casanova, y prepara un pavo en escabeche oriental o en relleno negro que es de lo más solicitado en los servicios que los fines de semana ofrece en su pequeña banquetera, que tiene ya 20 años de prestigio.

“Allá atendemos servicios hasta para cien personas y preparo las cazuelas para las fiestas”, recalca doña Paty mientras surte un pedido de chilaquiles con pollo que con su crema y sus cebollitas doraditas luce espectacular.

Afortunadamente, cada vez es más la clientela que tienen don Jesús y doña Paty, y ya no se limita únicamente a los empleados de la zona,  pues a partir de una  publicación que les realizó la fotógrafa Mariana Baenove, ya hay comensales que llegan desde diversos puntos de la ciudad para degustar el sándwich club o las tortas de pierna, que son de lo más solicitado.

Sin duda que es merecido el éxito que estos esposos están teniendo con su propuesta gastronómica, pues lograron sobrevivir a los días de pandemia, en los que al no haber labores por las restricciones, optaron por llevarse su carrito a casa, en Bosques de Yucalpetén, donde lo abrían solo el domingo para vender cochinita o mondongo.

Afortunadamente la pandemia poco a poco permitió regresar a la actividad y con ello el retorno a su punto de venta habitual, a espaldas del Centro de Convenciones, donde laboran desde las siete y media de la mañana hasta la una de la tarde.

Así es que si anda usted por el norte de la Ciudad, tómese un tiempo y visite a don Jesús y a doña Paty, no se va a arrepentir.

Texto y fotos: Manuel Pool