La científica del Instituto Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar) de Colombia, Amanda Selene Rojas Aguirre, señaló que un huracán categoría 5 deja un enorme deterioro al manglar, como el caso que les dejó “Iota” en Providencia, Colombia, donde se perdió el 90 por ciento de las 60 hectáreas y que para restaurarlas se tardarán décadas.
Entrevistada luego de su ponencia en el Segundo Congreso Manglares América, que se realiza en un hotel en esta ciudad, resaltó la importancia de estos ecosistemas y que, afortunadamente el Ministerio de Ambiente y el Invemar llevan a cabo acciones para su recuperación.
“Las amenazas son más naturales, que antrópicas. La Jurisdicción de Coralina cumple su función es una isla protegida del turismo, recibe poca gente durante el año, no se permite más construcción, es muy reducido en fraccionamientos y hoteles”, expresó.
El Congreso reúne a cerca de 200 investigadores y expertos en el tema. Es organizado por la Escuela Nacional de Estudios Superiores-Mérida (Enes), el Centro de Investigación Científica de Yucatán (Cicy) y el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav-Unidad Mérida).
La presidenta del Comité Organizador del Segundo Congreso de Manglares de América es Claudia Teutli Hernández, quien hace unos días señaló que el huracán “Isidoro” afectó mucho al manglar, se perdió una buena cantidad y no se ha recuperado. Además, tienen amenazas como los desarrollos inmobiliarios, carreteras y hoteles que se construyen cerca de los manglares.
Rojas Aguirre señaló que es importante la restauración de esa barrera protectora ya que los huracanes y tormentas ocurren más continuos y más fuertes.
El huracán “Iota” fue un poderoso meteoro que alcanzó la categoría 4 en el océano Atlántico en 2020 y el más intenso de la temporada de Huracanes en el Atlántico de 2020. El ciclón causó graves daños en áreas de Centroamérica y costa norte de Colombia que ya habían sido devastadas por el Huracán “Eta” apenas dos semanas antes.
Agregó que para lograr la regeneración se requieren décadas, por el momento el Ministerio de Ambiente lleva plantas de la Isla de San Andrés para que se recuperen los bosques de manglar y puedan cumplir su labor.
Explicó que existen dos especies de mangle, donde uno perdió su follaje, pero a un año se recuperó, pero otro que no.
Dijo que es complejo ya que, por ejemplo, en la restauración de plántulas, de inmediato atrajo a los cangrejos quienes lo comieron, “no hay que olvidar que ese ecosistema es fuente de alimento”.
Señaló que lo positivo en algunos parches, otra especie volvió a reactivarse, se ve la supervivencia, a crecer para repoblar.
La gente comprendió que no hubo muertes debido al manglar, por tal motivo ella lo protege.
“Actualmente con lo ocurrido hay más ojos encima, que se realizan las campañas de restauración. La gente lo defiende por el servicio ecosistémico, se crearon figuras para proteger el manglar”, comentó.
Texto y foto: Darwin Ail