Tras dos años de ausencia por causa de la pandemia, se realiza el tradicional Paseo de las Ánimas, evento que con su misticismo envolvió a turistas nacionales y extranjeros para hacerlos disfrutar de una de las tradiciones más arraigadas de nuestra cultura maya en la capital yucateca.
Desde hace 14 años que el Paseo de las Ánimas renovó la tradición del Hanal Pixán -comida de muertos- en la capital yucateca. Se trata de una celebración ya con arraigo entre los meridanos.
Anoche, tras dos años de la pandemia de covid-19, se reinició este festejo, con una asistencia de 50 mil personas, en el que los vivos honran a los que se adelantaron en el viaje al más allá.
Más de 500 “ánimas” de todas las edades desfilaron desde la casona del Cementerio General hasta el Barrio de San Juan. Todas tenían una vela en mano con la que anunciaban su llegada. El alcalde de Mérida, Renán Barrera Concha, encabezó el derrotero.
A las ánimas se les recibe con los altares, aquellos espacios en los que la mesa de las familias marca el punto de reencuentro. El Festival de las Ánimas busca, precisamente, compartir un momento íntimo del Hanal Pixán, en donde el incienso y la comida le dan la bienvenida a los que regresan.
Fueron pasadas las 8 de la noche, que, con su misticismo, el Paseo de las Ánimas envolvió a turistas nacionales y extranjeros para hacerlos disfrutar de una de las tradiciones más arraigadas de nuestra cultura maya.
En el derrotero, que abarcó más de 13 cuadras desde el Cementerio hasta el Barrio de San Juan, participaron más de 500 ánimas representativas de niños, adultos y personas de la tercera edad, quienes caminaron a paso lento durante la procesión, que inició luego de encender las veladoras al pie de la casona principal, donde previamente también tuvo lugar la tradicional ceremonia maya.
Atentos con una explicación de fondo sobre esta tradición, escuchaban los asistentes mientras fotografiaban o grababan el paso de los “pixanes”, que con sus velas acompañaban a las y los directores municipales, regidores y demás personal del Ayuntamiento de Mérida.
La visitante extranjera y de nacionalidad alemana, Lisa Wolff, comentó que el recorrido le pareció muy significativo. Ella señaló que desconocía la celebración de muertos y que, tras su llegada a México, le comentaron que en Mérida podía disfrutar de este evento cultural. “Me encantó, el maquillaje y lo que significa la muerte para los mexicanos, es muy llamativo. Desconocía de esta tradición, pero estando en Playa del Carmen me recomendaron venir a Mérida este día para ver a las ánimas”, declaró entre risas y practicando su fluido español.
Una fiesta para los que ya no están
El Festival de las Ánimas tiene una particularidad: las y los vecinos de las calles donde se realiza el recorrido se suman a participar. A los más de 50 mil participantes que acudieron a vivir la noche de las ánimas, los habitantes del rumbo les dieron la bienvenida con sus altares a las puertas de sus viviendas.
En total se colocaron 232 altares a lo largo del trayecto para amenizar el paso de las ánimas con música prehispánica y ofrendas y resaltar aún más la tradición, cultura e identidad regional que perdura en la capital yucateca.
La familia de la señora Blanca Ruz recordó que, desde el inicio de esta actividad en el 2005, durante la administración municipal de César Bojórquez Zapata, comenzaron a participar, pues calificó este evento como “la alegría de la calle”.
“Es una bendición poder estar presentes de nueva cuenta en este evento que tanto apreciamos y dedicamos año con año a nuestros familiares para recordarlos. Siempre nos ha gustado participar en esta actividad y este año no será la excepción”, comentó la señora Blanca, quien se encontraba acompañada de sus familiares y vecinas.
De igual manera otro de los altares que llamó la atención fue el del Comando Trans, encabezado por Muñeca Martínez, quien dijo estar contenta que por primera ocasión se le diera este espacio a sector, que siempre había estado rezagado.
“Esta participación nos da visibilidad como comunidad. Este altar está dedicado a mujeres y hombres trans y activistas que murieron durante la pandemia o por algún crimen de odio, pero que fueron representativos para esta lucha. Este está dedicado a Patsy España Chan, Paloma y Leonor, una adulta mayor que murió en precariedad como mujer trans, razón por la cual seguimos peleando por más derechos a nuestra comunidad”, anotó.
Y al igual que un número importante de vecinos de diversas colonias, la familia Gamboa, de Magnolias, indicó que desde hace 15 años participan en esta celebración y que les entusiasmó estar de regreso en este evento, donde se hace muestra de nuestras tradiciones.
“Es un evento cultural importante para la sociedad yucateca, y nuestra participación la estamos haciendo con mucho entusiasmo, pues tras dos años de no poder salir el regresar a estos eventos que son una tradición para nosotros es un motivo de alegría”, indicó el señor Fidel Gamboa.
Tradiciones cambiantes
En cada uno de los altares se observaron distintos elementos: algunos conservaron al pie de la letra los elementos yucatecos y otros no tanto, cada uno especial a su forma. Del tema y de la importancia de este evento cultural nos habló el director de Cultura municipal, Irving Berlín Villafaña.
“Esto que estamos viendo es resultado de años de decantación y mezcla de elementos que llegan a nosotros mezclados y renovados, por ejemplo, el cempasúchil no es una flor típica de Yucatán hace algunos años, ahora sí lo es porque nuestro contacto con México permite que lleguen más fuerte. Las tradiciones son dinámicas, van moviéndose a lo largo de los años y en este caso estamos hablando de una mezcla entre tradición e innovación para mostrar exhibiciones identitarias”, comentó el funcionario.
Aseguró que este evento permite que los meridianos recuerden y le den una vida nueva a una tradición, que habitualmente era religiosa, íntima, que se realizaba en las casas de los creyentes y especialmente de los campesinos, y de los campesinos urbanos que habían mezclado algunos elementos de la cultura maya con la española, “como podemos ver en los altares se reza y los mayas no eran cristianos”, explicó.
Sobre el Halloween, dijo que es una forma de ver la muerte asociado con otro país y cultura; “esos rituales son como diques, son límites simbólicos donde una cultura se protege viendom asimismo, en lugar de copiar lo de afuera”.
Una ventana a la tradición yucateca
La cosmovisión de los mayas, adaptada al Festival de las Ánimas, convirtió este evento en un referente para la ciudad de Mérida, al punto de que el turismo nacional y extranjero esperaba su regreso, luego de la ausencia por la pandemia del covid-19. Se traduce en beneficios para la economía local.
En entrevista, el titular de la dirección de Desarrollo Económico y Turismo del Ayuntamiento de Mérida, José Martínez Semerena, comentó que desde hace más de cuatro meses recibieron solicitudes de parte de agencias de viajes y operadores turísticas para traer a grupos de asiáticos y europeos.
“Hay una presencia del 90 por ciento de turismo nacional y 10 por ciento internacional y en esta fecha aumenta en un 15 por ciento. Vamos a seguir haciendo mucha promoción de estos festivales para atraer a más turismo que esté interesado en conocer nuestras tradiciones”, enfatizó.
Apuntó que la llegada de turismo extranjero también representa una mayor pernocta, lo que beneficia desde el sector hotelero hasta el comercial.
Finalmente, hay que recordar que, como parte de las innovaciones de este año, se amplió un poco más el derrotero hacia el Sur, sobre la calle 66 con 97-A.
Vecinos del lugar aprovecharon la ocasión para colocar sus altares en las puertas de sus hogares y compaginar con la jornada nocturna, que incluyó actividades artísticas y culturales con espectáculos acordes a la ocasión para el disfrute de los visitantes.
Texto: Andrea Segura
Fotos: A. Segura/ David Rico