Los mayas, primeros en diseñar un ‘sistema de autopistas’

Un “relevante» sistema de calzadas construido siglos antes de la era cristiana fue descubierto junto con cientos de antiguos sitios arqueológicos en la zona maya de Guatemala y México, gracias a una innovadora tecnología láser, informaron el lunes responsables del hallazgo.

La investigación mapeó 964 antiguos asentamientos en 417 ciudades en la selva de Petén, en el norte de Guatemala, y parte del estado sureño mexicano Campeche, así como una «compleja» red de caminos de unos 40 metros de ancho y una elevación sobre terraplenes de entre dos y cinco metros.

Los investigadores lo denominaron «el primer sistema de autopistas o supercarreteras del mundo», en un comunicado de las siete fundaciones y organizaciones encargadas del proyecto Cuenca Kárstica Mirador-Calakmul, entre ellas National Geographic y Global Conservation.

 

Para dar con las ciudades y los caminos, la mayoría de los cuales se remontan a los períodos Preclásico y Tardío (desde el 1000 a.C. hasta los primeros años de nuestra era), se efectuaron dos sobrevuelos en 2015 y 2018 usando LiDAR, una técnica científica para penetrar el manto forestal mediante rayos láser.

«Esta tecnología nos dio la oportunidad de revelar la majestuosidad de eso y entender la importancia de (la era) Preclásica», dijo Richard Hansen, director del proyecto, en una rueda de prensa para presentar los resultados de la investigación.

El área inspeccionada «demuestra la capacidad de los pueblos Mayas, organizados y adaptados para vivir en un ambiente de un bosque tropical, indicando un alto nivel de organización y una estructura sofisticada socio-política y económica al crear un reino-estado», señala el comunicado.

El descubrimiento podría ser uno de los más trascendentes en torno a la civilización maya, cuyo auge se remonta al período comprendido entre el 250 y el 900 d.C., cuando extendió su dominio sobre el sur del México actual y lo que hoy son Belice, El Salvador, Guatemala y Honduras.

Gracias a las revelaciones, publicadas previamente por la Universidad de Cambridge, los expertos creen que hay muchos tesoros escondidos bajo la frondosidad selvática.