La Rendija asume otro reto: monta obra infantil

El grupo de  teatro La Rendija, que encabeza Raquel Araujo, abarca obras para todos los públicos y actualmente está en escena “La maldición del anillo”, de la dramaturga mexicana Maribel Carrasco, en la que debutan con un espectáculo infantil utilizando brincolines gigantes.

La actriz indicó que la obra es “una búsqueda de reinventar y traer a la realidad el mito de los Nibelungos” –en el cual se basó Richard Wagner para la tetralogía de dramas operísticos El anillo de los Nibelungos –“y más recientemente lo podemos reconocer en El señor de los anillos, la saga de Tolkien llevada al cine al cambio de siglo”.

Explicó que montan la obra, debido a que nunca habían realizado una obra infantil, por lo que comenzaron a abrir el espacio prioritariamente para ellos y coincidió maravillosamente con que Carrasco, autora de la Verdadera venganza del gato Boris, llegó a Mérida y vio que ponían Divino Narciso de Sor Juan y le dio la maldición del anillo: “Mira, esta obra quiero que ustedes la estrenen”.

Señaló que la obra es inédita que deciden montar con un imaginario muy particular, no necesariamente tropicalizado sino propio, que se llevará a cabo con esculturas inflables como si fuera la manipulación de grandes títeres… son objetos que se inflan a la vista de los espectadores. Y, además, que este proyecto pudiera itinerar a través de los rincones de todo el Estado de Yucatán con funciones gratuitas.

Es una puesta en escena “de mediano a gran formato”, porque el escenario redondo mide 12 metros de diámetro y las esculturas más de cinco metros de altura.

“Esta búsqueda y aventura de entrar en comunicación con los espectadores que propiciamos, tras llevar 24 funciones de la obra de teatro escolar de Óscar Wilde La importancia de llamarse Ernesto por diferentes ciudades de Yucatán, se está poniendo bien bonita hoy por La maldición del anillo se da a través de complicidad y vínculo con creadoras que están en diferentes lugares de la Península”, recalcó.

Araujo es yucateca, nació en Ticul hace más de cinco décadas, su carrera teatral despuntó en la capital mexicana a finales de los ochentas cuando, con actores, actrices y las directoras Rocío Carrillo y Alejandra Montalvo, bautizaron a su compañía La Rendija, inspiradas en el Teatro Personal de su maestro de la UNAM, Gabriel Weisz Carrington.

Explicó que los inflables son súper divertidos, dado que Óscar Urrutia hizo esculturas bastante abstractas: los gigantes y el espacio de los dioses no son figurativos. A lo que apuestan es a generar la imaginación, un desarrollo subjetivo y de la sensibilidad en niños y adultos, algo que consideran hace mucha falta en esta vida contemporánea donde está dado de manera tan inmediata a través de los dispositivos, del internet y de la publicidad.

Texto y foto: Darwin Ail